Ivar Gilbert, el hermano adoptado de la familia Gilbert. Un año menor que Elena, pero extremadamente inteligente. Desde los cinco años, separado de sus hermanos, porque le mandaron a un internado en Inglaterra. En ese internado, conoció a gente, el...
Estoy en el grill hablando con Tyler, mi antiguo mejor amigo, y dos chicas bastante monas. Cuando veo que mi hermana la sonrío, pero ella no me la devuelve, así que me acerco a ella.
-Qué paso?- le preguntó, y me explica más o menos lo que pasó con el chupasangre. Si llego a saber que iba a recibir tanto aburrimiento de chicos, habría ideado un plan que no requiriese a ese Salvatore.
-Stefan simplemente no confía en mí y la verdad no se si esto que apenas estaba iniciando vaya a funcionar -suspira, y me mira, esperando una respuesta -¿Tu qué piensas? -.
-Bueno, yo creo que deberías ir a verlo y decirle lo que me acabas de decir a mi - le digo inseguro, nunca he dado consejo sobre chicos -y así talvez se den cuenta de que os gustáis mutuamente.
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-Tienes razón -se levanta de la mesa en la que nos habíamos sentado -voy a verlo y le contaré lo que siento realmente -.
La miro, y le paso mis llaves para que pueda ir a la Salvatore. Cuando se va, me vuelvo a acercar a dónde Tyler, y Tyler nos invita a pasar la noche en su casa. Aceptamos y pasamos una gran noche juntos.
~Mientras en la casa Salvatore~
Elena Gilbert
Estoy frente de su casa, decido tocar al timbre, para algo vine. Ahora que el enfado se a ido un poco, me estoy poniendo nerviosa, por que escuché a Ivar.
-Hola -digo suspirando cuando abre la puerta, el me mira sorprendido, es normal que no me esperara.
-Hola ¿Quieres pasar? -dice haciéndose a un lado, confundido.
-El cometa está por allí -señalo a mi espalda, camino y me detengo para observar el cielo. Lo escucho seguirme. Necesito decirle lo que siento. Suspiro y lo observo, esta es mi oportunidad.
-Siento presentarme así, después de lo de antes- empiezo a decir cuando me interrumpe.
-No, no. Me alegro de verte -me mira fijamente -la forma de despedirnos no estuvo bien.
-El caso es que... Me fui a casa y tenía pensado hacer lo que hago siempre -digo pensando en la recomendación de Ivar -escribir mi diario, como hago siempre desde que mi madre me regaló uno a los 10 años. Es donde escribo todo, todo lo que siento. Todo va a esa libreta que escondo en el segundo estante detrás de una sirena de cerámica horrible -me río nerviosa -y entonces comprendí que solo iba a escribir cosas que debería contarte a ti.
-¿Que cosas eran? -interrumpe para preguntarme, mientras continúa mirándome a los ojos.
-Iba a escribir; "querido diario, hoy me e convencido de que está bien abandonar, no correr riesgos, seguir la corriente sin tramas, solo no es el momento." Pero mis razones no son razones, son excusas. Lo que hago es esconderme de la realidad y la verdad es - decido mirarle también al los ojos - es que tengo miedo Stefan, miedo de que si me permito ser feliz por un momento el, el mundo se va a venir abajo y... No se, no podría soportarlo.- Acabó diciendo, está bien poder decirlo en alto, aun que si me rechaza no se que haré, nunca he soltado tanto.
-¿Te digo lo que yo escribiría? -asiento, sintiéndome un poco menos nerviosa, porque quizás ya no hay rechazo.
-"Se llama Elena, hemos hablado, ha sido precioso. Entonces salió el sol y la realidad se impuso, pero está es la realidad, aquí y ahora" - al terminar eso, nos quedamos viendo a los ojos.
El se empieza a acercar. En este momento me doy cuenta, lo mucho que deseo este beso. Cuando nuestros labios chocan, me doy cuenta de que son suaves, con un leve sabor a menta. Dejamos de besarnos, pero no nos separamos, este es uno de los mejores momentos desde la muerte de mis padres. Vuelvo a mirar a sus labios, y nos volvemos a besar.
Otro capítulo, y otro episodio terminado. Creo que a quedado bastante bien, mi intención es que todos salgan así de largos, porque me parece cómodo. Si os gusta, votarla y agregarla, porque pienso continuarla, tengo muchas ideas.
