38. 𝗖𝗮𝘀𝘁𝗶𝗴𝗼 𝘆 𝗯𝗼𝗿𝗿𝗮𝗱𝗼 𝗱𝗲 𝗺𝗲𝗺𝗼𝗿𝗶𝗮

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-¿Y si te quedas a dormir?- le preguntó Bree- Si por alguna razón papá está despierto, estoy segura de que no nos regañará ni castigará si tú estás ahí, intentará mantener su imagen de papá perfecto... ¡Por favooooor!- Bree le suplicaba mientras la tomaba de la mano y Rosie la veía con preocupación en los ojos.

-Me encantaría Bree, pero no puedo... - dijo mi novia- Debo volver a casa porque mañana ayudaré a mis papás con un proyecto, trabajaremos desde muy temprano.

-Maldición... - dijo Bree desanimada- Está bien Rosie, no te preocupes. En verdad espero que esté dormido papá.

Minutos después nos encontrábamos frente a casa de Rosie y la ayudé a salir del auto.

-Gracias, amor. Avísame cuando lleguen a casa y ojalá que no les diga nada tu papá.

-Espero que no, linda- respondí y le di un beso en la mejilla- Cuídate, te quiero.

-Yo a ti más- me dirigí de vuelta al auto y vi que Rosie ya había abierto la puerta de su casa. Me despedí agitando la mano y ella me lanzó un beso para después entrar a su casa, ahora sí, era turno de ir a la nuestra.

Estacioné el auto frente al garaje en lugar de meterlo, porque estaba seguro de que si lo hacía haría muchísimo ruido, así que mejor lo dejé afuera. 

Nos bajamos del auto con cuidado y nos dirigimos a la puerta.

-Vamos a tener muchos problemas con el señor Davenport... - hablé en voz baja a la vez que nos acercábamos a la puerta- Son casi dos horas después de nuestra hora de llegada y ya apagó la luz.

-¿Y qué con que haya apagado la luz?- preguntó Adam.

-Que de haberse quedado dormido, habría olvidado apagar la luz, pero sí lo hizo, indicando que fue con toda la intención, porque estaba despierto después de nuestra estúpida hora de llegada- respondí alterado, pero aún en voz baja.

-Somos chicos biónicos con misiones ultrasecretas y podemos burlar a un hombre maduro y fuera de condición...- habló Bree bastante calmada.

-Que tranquila estás, Bree... - comencé a decir- Y pensar que hace veinte minutos le rogabas Rosie que viniera con nosotros para no tener problemas.

-Bueno hermano, hay que adaptarnos a las condiciones- dijo ella rodando los ojos.

-Okay... para estar seguros, usaré mi visión biónica para escanear adentro- me coloqué frente a la puerta, toqué mi cien para así activar mi visión y escaneé todo el primer piso- No hay nadie- respondí aliviado- Seguramente si están dormidos.

-Sí pero hay que ser muy sigilosos- respondió Leo angustiado.

-Entrando a escondidas y tarde, esto sí aumentará mi crédito de chico malo- sonreí victorioso y Bree negó con la cabeza- De puntillas amigos, de puntillas- dije para después abrir la puerta.

 Nos adentramos a la casa y en efecto, no se veía que alguien estuviera ahí, aparte de que todas las luces ya estaban apagadas. Leo cerró la puerta ya que había sido el último en entrar, y una vez que ya los cuatro estábamos dentro caminamos rápidamente para poder bajar al laboratorio, y justo cuando íbamos a entrar al pasillo que daba a las escaleras del sótano, las luces se encendieron provocando que gritáramos del susto.

-¡LOS TENGO!- exclamó una voz detrás de nosotros, volteamos rápidamente y nos dimos cuenta de que se trataba del señor Davenport, quien se dejaba ver poco a poco, ya que llevaba puesta su capa de invisibilidad.

-¡No lo entiendo!- exclamé- ¡Escaneé todo bien!

-Mmm... - musitó el señor Davenport acercándose a nosotros- Y te engañé con mi capa de invisibilidad, así que... ¡JA!- exclamó victorioso.

𝗦𝗘𝗥 𝗖𝗢𝗠𝗢 𝗧𝗨 | 𝗖𝗵𝗮𝘀𝗲 𝗗𝗮𝘃𝗲𝗻𝗽𝗼𝗿𝘁Where stories live. Discover now