Capítulo 1

802 67 66
                                    

— Hakuji~

"No otra vez" era lo que pensaba el mencionado anteriormente. Iban cinco días, cinco días desde que conoció a ese ser tan despreciable de nombre Douma, cinco días en los que éste le atormentaba las mañanas con su horripilante voz.

— Hakuji~ ¿ya estás despierto? De lo contrario, ¡tendré que ir a averiguarlo!

Ese tono tan meloso con el que hablaba le hacía querer sellar su ventana por toda la vida. Pero tuvo que pararse a darle señales de que estaba despierto, de lo contrario, entraría como el intruso que es. Es decir, el tercer día intentó ignorarlo y cuando pensó que había parado de ser molestado, se encontró con la sorpresa que Douma estaba tocando la ventana de su armario, yendo y viendo como el niño estaba en aquel árbol donde hace sólo unos pocos días casi caía. Al menos había estado agradecido de que tocara.

Apenas comenzaba la primavera, pero aún podía sentir el gélido aire del invierno hacer presencia en su habitación. Se levantó de la cama colocándose la cobija como capa para que lo abrigara, fue lo más rápido que pudo hacia la ventana frente a su cama y abrió las cortinas para después hacer lo mismo con la ventana, dejando ingresar el no muy fuerte viento a su pieza.

— Douma...

Expresó con una clara mueca de desagrado y aún con los párpados medio cerrados.

— ¡Hakuji! Estuve hablándote por diez minutos, ¿te desperté? No fue mi intención si lo hice — El maldito tenía una sonrisa tallada en su rostro, o es muy idiota, o amaba hacer enojar al pobre Hakuji — ¿Puedo ir a tu cuarto? Hace mucho frío en el mío...

Douma se abrazó a sí mismo, tratando de que el contrario le creyera ante su evidente mentira.

— ¡Deja de molestar!, ¿cómo no vas a tener frío si tienes tu ventana abierta? Y no, no puedes venir, ahora también hace frío aquí.

"Y aunque no lo hiciera" pensó.

— Ouh, Hakuji, no importa, podemos abrazarnos y mantenernos en calor.

— No.

— ¡Pero Hakuji!.. Mhm, ¿o es que sientes vergüenza? Si es así lo comprendo, te da pena abrazarme~

Esto era el colmo para el pequeño de cabellos negros, estaba apunto de cerrar su ventana, pero si lo hacía, el otro seguiría molestando.

— No puedo porque mi papá está en casa y ha enfermado. Sería una molestia para él si vinieras.

— ¿En serio? Creí haber visto a tu padre salir hace no mucho, mhm... — Se recostó sobre sus brazos en el marco de su ventana — Tal vez ya no está enfermo, ¡genial!, ¿no lo crees, Hakuji?

Sin dudas, Douma era una molestia.

— De todos modos, aunque se haya ido eso no quiere decir que puedas venir, él no deja que personas desconocidas entren a la casa. — Su enfado iba aumentando cuanto más Douma se las arreglaba para obtener una respuesta, apretó la sábana con fuerza y giró su cabeza con molestia, a este punto ya estaba más que despierto gracias al ruidoso rubio — Y no sigas dando excusas.

— ¡Pero!, ¡Hakuji!, yo no soy un desconocido, ¡somos mejores amigos!

— ¡Espera!, ¿cuándo decidimos eso?.. Da igual, piensa lo que quieras.

Así siguieron la discusión (charla para Douma), durante unos minutos más, Hakuji no podía soportar a éste, su carácter era el de alguien idiota, pero, a pesar de que lo trataba mal, seguía acercándose hacia él, ¿es por qué lo salvó? Tampoco es como que se hubiera muerto por caerse de un árbol, sólo se iba a fracturar algún brazo y se curaría en no más de tres meses. De igual modo, Hakuji no podía dejar de responder al llamado de Douma, realmente no encontraba la respuesta del porqué; se sentía molesto cuando le hablaba, o al menos eso es lo que cree, tal vez le seguía respondiendo (aunque sea de mala gana), debido a la "inocencia" del otro, Douma se veía tan tonto que le hacía sentir un poco de pena por él, ¿será que se había caído de chiquito?

Insólito apegoWhere stories live. Discover now