María José se acercaba a la chica que se había hecho bolita contra la puerta, puso una mano en su rodilla con grandes lágrimas saliendo de sus ojos. Valentina alzó la vista para ver a su hermana.

— Digan lo que digan, yo siempre seré tu hermana, tú minion.— Musitó la morena con media sonrisa.

La mayor de las Garzón soltó un sollozo y atrapó a la peliazul en un apretado abrazo, sentía que si no la abrazaba con fuerza se le escaparía de las manos. María José se dejó abrazar y se aferró a su hermana llorando.

No era necesario que dijeran más, con ese abrazo se decían todo, se decían que no importaba que sus lazos de sangre no vinieran del mismo, lo que importaba es que se adoraban con el corazón.

Ambas sabían que aquella noticia sencillamente había cambiado sus vidas, pero que también las unía más.

(...)

Al día siguiente María José se sentía más cansada de lo habitual, a pesar de haber dormido unas pocas horas sentía una gran pesadez en sus hombros, su corazón dolía y lo único que quería era a una persona, la quería a ella pero ya no estaba.

Arrastraba los pies por los pasillos de su colegio, no quería saber nada de estudios por el caos de su vida, pero sabía que si se quedaba en casa iba a enloquecer.

Llegó hasta su casillero y abrió este soltando un suspiro, empezó a sacar libros de su mochila y los metió dentro del casillero, cerró este y dió un pequeño salto al ser asustada.

—¿Te asusté?— Lucas aparecía con una sonrisa en su rostro.

— Si, no pensé que estuvieras ahí atrás.— Aceptó la peliazul calmandose del susto.

—¿Cómo estás?— Indagó el ojiazul, guardando sus manos en sus bolsillos.

— Mejor.— Mintió la morena, encogiéndose de hombros.

— Entiendo.— Murmuró Lucas.—¿Qué harás el viernes?— Inquirió con media sonrisa.

— Existir, ver películas con mis mejores amigas, comer, dormir, llorar.— Soltó María José empezando a caminar a su clase.

— Parece una agenda ocupada.— Replicó el ojiazul divertido.

— Si, cómo te podrás dar cuenta no tengo tiempo libre.— Habló la morena con sarcasmo notorio.

—¿Y no puedes hacer espacio para una cena?— Sugirió el ojiazul con tono de voz alegre.

María José detuvó sus pasos y giró su cuerpo para ver a Lucas, el chico esperaba una respuesta por su parte, mientras la peliazul tenía otros planes.

— Lucas, seré honesta.— La peliazul suspiró.— Sé lo que pasó en esa fiesta, sé que nos besamos, sé que correspondí el beso.— Arrojó pasando una mano por su cabello.

—¿Pero?— Inquirió el ojiazul alzando una ceja.

— Pero fue un gran error.— Declaró María José, Lucas sintió su pecho hundirse.— No me malentiendas, eres un gran chico... Vaya tuve un crush contigo y todo.— Soltó rápidamente la morena.

—¿Y qué pasa?— Lucas se acercaba a la peliazul.—¿Por qué no me das chance de estar contigo?— Añadió tomando su mano.

— Que existe alguien más.— Replicó sin más.— Alguien que causa más cosas que tú presencia justo ahora.— Confesó soltando un suspiro.

Si María José estuviera hablando con su María José del pasado, le daría un golpe por rechazar al chico frente a ella, pero ella no esperaba haberse enamorada de la castaña engreída que la sacaba de quicio.

La lista || TerminadaWhere stories live. Discover now