Capítulo 6

82 9 2
                                    

Escuché la puerta del coche abrirse, seguido de eso sentí una mano alrededor de mi cintura para desabrochar el cinturón de seguridad.
Su mano rápidamente estaba empezando a colocarse en la parte trasera de mis piernas y su otra mano en mi espalda.
Estaba intentando cargarme.

- Puedo levantarme yo sola. - Dije antes de que pudiera levantarme del asiento.

- Creí que seguías dormida. - Me soltó y se alejó de mí. Salí del auto, y froté uno de mis ojos.

- Gracias por traerme. - Él solo asintió una vez con su cabeza, y giró sobre sus propios talones para dirigirse nuevamente a su auto. - ¿Ya te irás?. - El chico paró en seco.

- ¿Se te ofrece algo más?. - Su tono de voz sonaba más irritante que de costumbre. Me acerqué a él lo suficiente para tratar de alcanzar su oreja y poder susurrarle algo.

- Quiero mi regalo de cumpleaños.

Michael sonrió ampliamente y giró completamente su cuerpo quedando frente a mí.

- Creí que no te apetecía recibirlo.

- No me apetecía en el momento que me lo ofreciste. - Levanté un poco más el rostro tratando de acercar mis labios a los suyos. - Además, nosotros tenemos un asunto pendiente, ¿verdad?.

El moreno relamió sus labios y sin dudar atrapó rápidamente mis labios, besándome salvajemente.

***

No puedo describir la manera en como pude abrir la puerta de mi hogar, tampoco puedo describir la manera en como fue que llegamos a mi habitación, ni siquiera me di cuenta de como pasó.
Pronto nos encontrábamos desnudos frente al otro; mezclando nuestro sabor a licor de nuestras bocas.
Y minutos después su lengua recorría cada extremo de mi húmeda feminidad.

Joder, que bien se siente esto. Definitivamente, el mejor regalo de cumpleaños que he recibido en años.

Eché la cabeza hacía atrás mientras el resto de mi cuerpo se retorcía debido al placer que solamente su lengua me estaba proporcionando. Coloqué mis manos en su cabeza como gesto de que no se detuviera; enterré mis dedos en su cabello y mordí mis labios.

Una de sus largas manos subió por todo mi abdomen hasta encontrarse con uno de mis senos, pellizcó levemente mi pezón y después apretó delicadamente mi seno; jadeé ante su contacto. Este hombre estaba volviéndome loca con sus caricias. Y era solo la tercera vez que me tocaba de esta manera.

Segundos después mi tan esperado orgasmo llegó. Un gemido sonoro salió desde mi garganta y Michael se acercó a besarme. Su boca descendió desde mis labios hasta mi mandíbula con besos húmedos; pronto su boca se perdió en mi cuello.
Era mi turno. Era turno de que me dejara hacer lo que yo quería. Y había algo que quería hacer desde la primera vez que se metió desnudo a mi cama.

En un movimiento rápido pude conseguir que él quedara recostado en la cama, mientras que yo estaba a horcajadas sobre él.

- Tienes un cuerpo hermoso, Cora. - Dijo Michael con voz ronca.

No era vanidosa, pero claro que sabía lo que tenía. Un cuerpo bien desarrollado como para solo tener 18 años, no estaba nada mal.

Rápidamente introduje su miembro dentro de mí. Él jadeó y yo dejé salir un gemido.
¡Dios!, si la primera vez fue buena, esta posición era mil veces mejor; podía sentirlo en lo profundo de mí. Sentía que podía correrme en ese mismo instante.
Fue tanto el placer que me provocó una sola estocada dentro de mí que incluso un espasmo me invadió.

• Desire • Where stories live. Discover now