TRES

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(...)

El dolor estaba ahí, y Bellamy pensó en no ir al aeropuerto tras llorar toda la noche, pero ahí estaba al lado de Jack intentando no quebrarse al ver como el hombre le pedía a su hija que se cuidara y que no se olvidara de él. Pensó en voltearse e irse, pero la rubia se separó de su padre y lo miró a él, para correr y abalanzarse hacia él quebrando en llanto—No me hagas que te ancle aquí—pidió Bellamy con lágrimas en sus ojos mientras aferraba a él a su rubia.

Somos real—murmuró la rubia.

Siempre lo fuimos—él sintió como cien agujas pinchaban su garganta al hablar. —Vuela alto, Clarke. Y si no logras llegar a las nubes, llámame para ayudarte.

No voy a subir muy alto si no te tengo—esta se separó de él y le limpió las lágrimas, pero era ella quien no podía ver por sus ojos llorosos—. Me importa una mierda si me esperas o no, pero cuando termine la universidad, volveré.

No tienes futuro aquí.

El futuro lo podremos hacer tú y yo, Bellamy. Cuando mi madre me deje ir, volveré.

Este tomó aire—No me hables del futuro cuando te alejas mío, eso duele—murmuró antes de darle aquél último beso.


(...) 

Dolió como la mierda. El amor duele cuando sabes que tienes que soltar todo lo que alguna vez pusiste lo mejor que has podido. Bellamy dejó todo aquello cuando vio a Clarke con su madre. "El empresario Marcus Kane se casa con una mujer llamada Abigail" Y tiempo después, Clarke entró en ese mundo solo por ir con su madre. Pero al parecer, a Bellamy no era el único que le dolía esto: de hecho, pasó más tiempo de lo que alguna vez pensó con Jack, reservándose en la mecánica.

—¿Podrás quedarte a cargo cuando me vaya a New York?—preguntó sonriendo divertido. Bellamy con veinte años asintió, dándole una sonrisa.—¿Seguro que no quieres venir?

—No, yo... no tengo nada que hacer allí.

—Y... ¿Deseas que le mande algo?

—No, realmente... creo que todo quede así—estaba tan lastimado por el amor.

Y así fueron los cinco años siguientes, sintiendo a ese hombre lo más cerca a un padre que pudo alguna vez tener mientras veían a las dos chicas avanzar: Al parecer, Clarke había terminado su carrera en medicina, habló Jack. También le contó sobre el "chico misterioso que quería pedirle la mano a Clarke", pero aseguró que su hija había dicho que eso era cualquier cosa y no era cierto.

Bellamy no quería escuchar aquello, pero sabía que el hombre lo único le mantenía vivo era hablar de su hija o ver fotos. Pero la lejanía se había hecho clara.

—Oh, estoy tan orgullosa de ella. Será una gran doctora—a él le tocaba escuchar eso, y lamentablemente, ver como el hombre se deterioraba y él podía jurar que era por dolor. Nadie nace preparado para vivir lejos de los hijos.

—Seguro que lo será—sonrió Bellamy mientras se encontraba abajo del vehículo, siendo él quien hacía grandes cosas en el taller.—Siempre ha tenido esa alma y un corazón hermoso—inevitablemente, sus ojos dejaron el caño de escape y se centró en el ancla que tenía en su muñeca: esa chica definitivamente había sido su ancla.

—Bellamy, ¿Sabes que estoy muy mal, verdad?—el chico al escuchar aquello, se deslizó para salir fuera del vehículo.

—No lo creo, Jack. Yo lo veo lúcido como siempre. Inclusive se acuerda de mi nombre—bromeó pero llevando su atención a él.

—Oh niño, sabes que no. Sabes que estoy muy dolido—y tras eso, su rostro mostró como sus sesenta estaban de noventa años. —Pero no es eso, no quier lástima.

—Incapaz de tenerle lastima—aseguró viéndolo y dejando las herramientas.

—Eres... un hijo para mi. Y pues, podré decir un montón de cosas, pero tú te has quedado. Y quitando eso, tengo algo para ti.

—Sabe que no me tiene que dar nada—aclaró Bellamy viendo como el hombre, que no solo se había ocupado de él si no de también de su hermana, se alejaba en busca de algo.

—Calla y no sea protestón. Acepte las cosas—se acercó con un papel y Bellamy frunció el ceño mientras se levantaba—. Toma—Bellamy se limpió las manos grasientas algo curioso y tomó el papel, pero tras leer las primeras lineas, negó.

—No, definitivamente no.

—Por favor. Sabes que yo no soy eterno, y... quiero que mi taller quede en buenas manos.

—Ambos sabemos que esto le corresponde a Clarke si usted no está.

—Clarke no hará nada con esto más que venderlo. Ella... no le tiene el aprecio que le tenemos.—Bellamy volvió a mirar el cambio de titular sobre el taller y se mordió el labio—. Por favor, Bellamy, acepta eso por mi. En su momento yo lo necesité para salir adelante, ahora quiero que te saque a ti a adelante. Siquiera lo hagas por mi, hazlo por tu hermana— y aquello ocasionó que Bellamy lo abrazara fuertemente.

—Gracias, Jack.

—No lo es todo, Bellamy—Bellamy se separó para mirarlo.—Primero, firma el papel—el hombre tomó la lapicero que siempre llevaba arriba y se la tendió, y el chico lo firmó.—Ahora, quiero que... guardes algo por mi.

—Parece que se despide.

—Uno sabe cuando le está por llegar el tiempo—su abuela decía lo mismo y le daba ganas de vomitar aquello—. Toma—le dio una caja y Bellamy intentó no pensar por la forma.—Si, es eso que tú realmente estás pensando, pero antes de que digas algo, escúchame. Hace cinco generaciones ha estado en mi familia, y yo con sesenta años no he visto vinculo más fuerte que el tuyo con Clarke pero eso ya de igual, si lo deseas. Pero no... no puedo darle ese anillo a Clarke porque ella con tal de hacer feliz a su madre, dejará que cualquiera se lo coloqué. No es justo, no para mi y tampoco para ella. Bellamy, mi hija no es tú responsabilidad, pero si yo muero quiero que veas el anillo y hagas lo que tu corazón dice: o se lo devuelves a Clarke en el dedo como un anillo común, o lo usas con ella, o... cedes que ese anillo pierda lo valioso y dejes que cualquier idiota lo ponga en la mano de mi hija. Pero yo me niego a decidir, así que quiero que lo tengas guardado. Ahora, solo tómalo como si estuviera con demencia y fuera a perderlo. Solo... quiero que seas responsable de él. ¿Si?

Bellamy asintió mientras tomaba aire, pero siquiera se puso a pensar mucho en la importancia, solo veía como el hombre se estaba despidiéndose—. Si a usted le pasa algo en los siguientes diez años, tendré que darle una buena patada, ¿Sabes?—contestó guardando la caja en su bolsillo.

—Claro que lo sé. Ahora si, ese ha sido el último regalo—prometió.

—Buenas—una voz femenina hizo a ambos hombres girarse a ver a Octavia—. Uh, ¿Mal momento?—su hermano tenía resto de lágrimas pero Jack sonrió. La chica siempre se pasaba por ahí al salir de clases para ir a comer con su hermano hacia la casa.

—Nunca, pequeña romana—burló Jack que pareció ignorar la situación anterior—¿Cómo te ha ido hoy? 

—Ya sabes, Jack. No puedo con tanta belleza en los pasillos—Bellamy rodeó los ojos:—Tu autoestima parece sacada de mi.

—Eso dicen—sonrió Octavia.

This town// Bellarke Modern AUWhere stories live. Discover now