Pablo y Nora son completamente desconocidos, hasta que un día Pablo comienza a soñar con una chica que se parece muy físiscamente a Nora.
Una chica rubia de ojos azules que desde ese momento en la discoteca va a darle un vuelco a la vida del jóven.
...
Hoy me he pasado media mañana en el centro comercial Diagonal Mar porque hace días que tenía en la cabeza una sudadera y que mejor ocasión para comprármela que hoy.
Solo tengo un problema. Ella me dijo que quedáramos a las cinco pero ayer por la noche, el míster nos mando un mensaje por el grupo del equipo diciéndonos que su hija se había puesto de parto y que le sería imposible ir al entrenamiento, por lo que lo transladaba a por la tarde.
No puedo volver a hacerle el plantón. Le podría mandar un mensaje y explicarle la situación pero, sinceramente, tengo muchas ganas de explicarme con ella y si anulo esto, no se si tendré otra oportunidad para quedar con ella.
Y mi preguntaréis, ¿Qué vas a hacer? Pues muy fácil. La voy a ir a recoger al instituto y la voy a invitar a comer. Es algo arriesgado porque quizá al verme esperarla se enfade conmigo pero creo que no tengo otra opción.
Como son casi la una y media de la mañana, me empiezo a preparar ya. Me pongo unos tejanos básicos azules y la sudadera que me he comprado por la mañana.
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Me peino un poco el pelo y me hecho desodorante y mi colonia favorita- la one million-.
Me cojo la bolsa de la autoescuela pero le quito todo lo de las clases y meto mi cartera, las llaves y el móvil.
Salgo de mi habitación y veo a Raúl venir hacia mi.
- Eyy tío, ¿Qué tal?
- Yo bien, ¿Y tú?. Oye, aún no has bajado a comer, ¿va todo bien? Te pregunto porque siempre eres de los primeros en bajar.
- Si si, va todo bien. He quedado para comer, por eso no he bajado.
- ¿Con una chica?- me pregunta con cara de pillo- que callado te lo tenías.
- Sí, ya te lo contare- le digo para empezar a marcharme pero me agarra de la muñeca.
- Sabes que odio la intriga. Desembucha.
- Solo quiero invitarla a comer.
- Osea vas a tener una cita.
- ¡¿Qué?! No claro que no, solo voy a comer con ella. Ni si quiera nos gustamos- le respondo claro- Ahora me tengo que ir si no quiero llegar tarde.
- Suerte- me dice con una sonrisa. Yo le agradezco y me marcho.
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Los estudiantes empiezan a salir en volanda. Es un instituto bastante grande, por lo que hay mucha gente y claro, se forma una avalancha porque todos salen a la misma hora.
La gente se percata de que yo estoy ahí esperando a alguien pero nadie me viene a saludar ni a pedir fotos ni nada, cosa que agradezco porque no quiero que se vaya para casa sin haberme visto. Más que nada porque no se dónde vive y no podré ir a buscarla.
