Sueños~Pablo Gavi

𝐈. Rallado por la chica

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- Oye Pedri, que no lo quería decir pero ya me empieza a preocupar- le digo acercándome a él. Mañana jugamos nuestro primer partido de pretemporada contra el Girona y ahora estamos todos entrenando- llevo seis noches seguidas soñando con una chica que no tengo ni idea quién es.

- ¿Y por qué te preocupas? Tampoco tiene que ser tan malo ¿no?

- A ver, los sueños en si no, porque no pasa nada malo, pero, ¿la chica? Es que no tengo ni idea de quien es.

- ¿Puedes describirla al menos un poco físicamente?- me pregunta mientras hacemos una serie de sentadillas.

- Es rubia y tiene varios tatuajes. Ojos azules y un perfil demasiado perfecto.

- Mmmm demasiado perfecta para ser real- me dice súper seguro de sus palabras.

- Pues yo ahora tengo una curiosidad por conocerla que madre mía.

- ¿Cuántos días llevas soñando con ella me has dicho?

- Seis.

- Pues ale, esta noche la última. Así completas la semana- me dice gracioso y yo niego porque a mi no me hace ninguna gracia.

- Que no tío, que a mi me quieren decir algo con esto.

- Ay chiquillo, deja de ser tan paranoico y céntrate en el entrenamiento.

Ya no volvemos a tocar el tema, pero yo aún así no dejo de darle vueltas. Estoy pensando en hablar con Lucía, mi psicóloga. Siempre que algo me ha preocupado o inquietado ella me ha ayudado y la verdad que este tema me está dejando la cabeza un poco tarumba.

- Bueno chicos, mañana a las ocho y media aquí, que iremos todos juntos en el autobús- nos despedimos del míster y yo me monto con Pedri en el coche.

- ¿Mañana te paso a buscar sobre las ocho?- me pregunta cuando arranca el coche.

- Mmm está bien.

Durante el camino hablamos un poco de las sensaciones que tenemos frente al partido de mañana y como vemos al equipo de esta temporada.

- Adiós pequeñajo- me dice riendo.

- Adiós viejo- le digo guiñando un ojo riéndome- si nos lleváramos tres años, ¿yo sería recién nacido?- le digo riendo y él me saca el dedo.

Entro a la residencia con una sonrisa y me voy directo a mi habitación. Ya es la hora de comer, pero estoy un poco sudado y me quiero dar una ducha antes y ponerme otra ropa que no sea la del entrenamiento.

Antes también llamo a Lucía para ver si tiene algún momento libre hoy.

- Hola guapísimo, ¿Qué tal estás?

- Yo bien, pero te he llamado porque hay una cosa que me tiene la cabeza tarumba y bueno, quería hablar contigo de esto, aunque seguro que es una tontería pero bueno.

- Claro que sí Pablo. ¿Te va bien que pase esta tarde sobre las cinco o por ahí?

- Si perfecto.

- La habitación es la misma que la de la última vez ¿verdad?

- Sí Lucía, la 12.

Cuelgo la llamada y ya me quito la ropa para meterme en la ducha.

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- Ponme en la espalda porfa- le doy la crema a Karen y ella me la empieza a extender por la espalda- he dormido fatal esta noche.