Das. (baño público): Y a sé que nos estás leyendo, babosa. 5:28 am. ✓✓ Visto.

Suspiré y dejé mi teléfono a un lado, mi noche había ido de la mierda, me sentía de la mierda y la vida era color mierda justo ahora.

Encendí el coche y decidí ir al club para desahogar mi rabia, no sin antes pasar por un café y comer algo, la cabeza me dolía horrores y necesitaba quitar el sueño que tenía encima.

En el club.

Hacía frío, era muy temprano en Bogotá aún, pero no me importaba, quería estar en el lago y pensar con claridad, no con rabia e impulso. Estiré mis brazos hacia arriba calentando mi cuerpo, estaba lista para ir a remar en el lago.

Llené de aire mis pulmones y quité la camiseta que portaba para dejarla a un lado, justamente donde estaba el vaso de café vacío que había comprado camino acá. Tomé el bote que estaba en el muelle y lo puse en el agua.

Iba a tomar el remo cuando esa desagradable voz llenó mis oídos.

—¡Hey, prima! ¿No piensas entrar al agua así, cierto?— Lucas estaba a mis espaldas, seguí en lo mío dándole la espalda.

— Es mejor que no te metas en dónde no te llaman.— Repliqué con molestia.

—¿Estás molesta por lo de ayer?— Inquirió con algo de burla en su voz, tiré el remo con fuerza.

— Eres una maldito cínico.— Encaré con enojo, viendo una sonrisa en su rostro.

— Te dije que haría mi lucha.— Contestó encogiéndose de hombros.

— Vete a la mierda, Lucas.— Escupí rodando los ojos, dándole la espalda e ir al lago.

— No te molestes.— Comentó a mis espaldas, haciendo estiramientos.— Acepta que está vez te tocó perder.— Añadió con burla, relamí mis labios y tiré el remo con furia.

— Poché no es un objeto o un trofeo que ganar, pedazo de mierda.— Reclamé apretando los dientes, Lucas alzó sus manos.

— Tranquila, me refería a ti.— Torció el gesto.— Te tocó ser la del segundo lugar está vez.— Agregó divertido.

— Pobre idiota.— Me reí en su cara.—Me parece extraño ser la segundona, ya que siempre te ha gustado recoger las migajas que dejo.— La sonrisa de Lucas decayó y yo sonreí arrogante.

— Es mejor que te calles.— Advirtió apuntandome con su dedo índice.

— Y es mejor que te vayas a la quinta mierda.— Hablé con voz hostil.

— No te callo porque eres mujer, pero no importa.— Lucas se encogió de hombros, acercándose a mi.— Me quedé con Poché después de todo.— Murmuró en mi rostro pedante.

Reí satírica.— Pues yo no me quedaré con las ganas.— En un rápido movimiento mi rodilla daba a su entrepierna.

Lucas gimió de dolor cayendo al suelo de rodillas, rodé los ojos y tomé su cara entre mis manos. Yo lo veía desde arriba y el abajo, a mis pies. Cómo siempre lo ha sido y lo será.

—¡Hija de-

— Y recuérdalo, primito.— Lo interrumpí con altivez.— Por más que la tengas a ella, siempre me recordaré a mi.— Lucas respiraba pesadamente agarrando su entrepierna adolorida.

— Acepta que perdiste, Daniela.— Escupió con los dientes apretados, sonreí.

— No, porque tú fuiste y eres un cero a la izquierda siempre.— Murmuré cerca de su rostro.— Vives y permanecerás bajo mi sombra el resto de tus miserables días.— Le dí unas palmadas en la mejilla y me alejé de él.

La lista || TerminadaWhere stories live. Discover now