—Puedes llevarte mi auto Jaxon. —Justin busca las llaves del auto y las entrega.

Antes de que Jaxon y yo pudiéramos salir por la puerta de la casa; Justin nos llama.

—Jaxon... dile a Nora, que aún la amo. —Sonríe de medio lado, Jaxon asiente.

—Se lo diré. —Sonríe con los ojos cristalizados en tanto cruzamos la puerta y salimos del hogar.

De camino al cementerio, Jaxon estaba más callado de lo normal. Creo que la muerte de su madre, a pesar de ser pequeño cuando sucedió, le marcó muy duro la vida y era una herida que aún éste no sanaba.

Al llegar al estacionamiento de aquel lugar; Jaxon aparcó el auto y ambos nos bajamos.

El cementerio de éste pueblo era muy bonito. Una explanada verde con flores silvestres adornaba el paisaje. Arboles muy altos y robustos, daban sombras a aquellas tumbas cercanas.

Tras caminar por algunos cinco minutos, Jaxon se para frente a una tumba llena de rosas blancas frescas.

—Aquí descansa mamá. —Sus manos en sus bolsillos; su voz suave y frágil.

Tomo la flor que aún descansa sobre mi oreja, me pongo en cuclillas y la coloco frente a las demás rosas que yacían en la tumba.

—Tiene un excelente hijo; debe estar muy orgullosa. —Digo en voz baja para luego ponerme en píe y tomar la mano fría y temblorosa del chico a mi lado.

—No sabes cuánto te extraño mamá; desearía que vieras lo feliz que soy ahora. Ahora, que he encontrado a la persona que hace que mis días grises se conviertan en unos llenos de color. —Volteo mi rostro y veo cómo los ojos del chico se llenan de lágrimas las cuáles aún no caen.

Jaxon, se queda en silencio mirando la tumba de su madre; y un viento tibio nos abraza elevando un pétalo de una de las rosas por el aire. Mis ojos recorren aquel pétalo aventurero y veo cómo éste revolotea a nuestro lado para luego la brisa llevárselo lejos.

—Papá me envía a decir que aún te ama. —Una lágrima rueda por su mejilla y mi corazón se arruga al verlo así. —Él dice que siempre me cuidas desde le cielo... —Solloza. —Por favor, síguelo haciendo. —Sonríe pasando la parte de atrás de su mano limpiando sus lágrimas .

Jaxon, suelta mi mano por un momento para luego colocarse de rodillas frente a la tumba de su madre. Éste, se besa los dedos de su mano entre un suspiro, para luego, colocar su mano sobre el nombre grabado en aquella lápida; "Nora Woski".

—Te amo, mamá. —Murmura levantándose, tomar mi mano y comenzando a caminar hacia el auto.

Ambos, nos subimos al auto; Jaxon lo enciende y comienza a conducirlo de regreso a la casa.

Me sentía muy mal por el chico de los ojos verdes, no sabía que decir o cómo actuar. No quiero ofenderle ni decir algo fuera de lugar, pero tampoco, quiero que piense que no le doy importancia a la sucedido.

—Lamento lo de tú mamá. —Es lo que pienso y lo digo.

—Está bien. Ella está en un buen lugar, lo sé. —Asiente; sus ojos en la carretera. —Papá nunca me dijo quiénes fueron lo que le hicieron esto o porqué.

—Estoy segura de que solo quiere protegerte.

—Ya no soy un niño, Katrina. Tengo derecho a saber quién mató a mi madre y qué razón tendría. —Aprieta el volante con mucha fuerza. —Ella era buena, linda con las personas; era amable y bondadosa... ¿quién le querría hacer daño a alguien así? —Sus ojos me miran por un segundo, su ceño fruncido.

Katrina Wolfrahan ©Where stories live. Discover now