Dia 6: Lenguaje de las flores

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14 DE FEBRERO

¿Crees que la ciencia y las flores tienen algo que ver entre ellas? La verdad es que si, porque como todo, las flores están hechas de átomos y moléculas, así mismo tienen su propio lenguaje.

Kohaku trabajaba en una floreria, tal vez no era su estilo pero lo disfrutaba y según su hermana le ayudaba a darle un toque un poco más femenino a su imagen, trabajaba de lunes a viernes en el turno de la tarde, todo el día estaba rodeada de las flores más bellas y se le rompía el corazón cada vez que tenia que cortarlas cuando ya no era probable que se vendieran, regaba las macetas todos los días y cambiaba el agua de aquellas flores que no estaban en tierra sino en botes de agua.

Había días difíciles, llenos de pedidos y de clientes, y tras un año de trabajar ahí, durante el segundo año entrado el mes de marzo había pasado algo muy especial.

Senku llegó a la floreria aquella tarde con la bata de laboratorio colgada en un antebrazo y agarrado con la mano.

—Hola, buenas tardes, a sus órdenes —dijo sonriendo Kohaku, Senku la miro

—Hola, buenas tardes, eh, disculpe, ¿de casualidad tendra potentilla fruticosa?—Kohaku lo miro sumamente extrañada

—¿La que, perdón?—

—La flor de la Cincoenrama—

—Ah—dijo ella recuperando su sonrisa—Lo siento, es que no le había entendió bien, si por supuesto aquí tenemos de esa flor, no se la llevan mucho pero es muy hermosa— ella comenzó a caminar hacia un rincón de la floreria y ahí estaba la dichosa flor.

—¿Cuanto seria por llevármela toda?—Kohaku lo miro otra vez sorprendida, era mucha pero de igual forma le dijo el precio —Bien, me la llevo toda, ¿podría decorarla con algún papel y un moño, por favor?—la chica asintió.

La verdad es que era una flor muy cara y al decir el precio creyó que el chico se iría para atrás pero acepto sin más, en fin, ella cumplió con su trabajo acomodo y adorno las flores y se las entrego, el joven le dio el dinero y le dijo sonriendo de modo amable.

—Conserva el cambio, muchas gracias— y se dio media vuelta para salir del local.

—A usted, que tenga linda tarde, vuelva pronto—después Kohaku volvió a sus labores normales, para ella había sido un cliente como cualquier otro, para Senku la salvadora de su delgado trasero pues había olvidado el cumpleaños de Lilian, la esposa de su padre, y recorrió un sin fin de florerías buscando aquella flor en especial.

—Oh, Senku que bellas flores, muchas gracias— Senku se dejó abrazar y besar la mejilla por Lilian sonriendo feliz al saber que le gustaron, él le dijo

—Significan afecto maternal, Lillian, muchas gracias por cuidar de mi tantos años aun cuando no soy tu hijo biológico—e hizo una reverencia ante la hermosa mujer que comenzaba a llorar.

El joven no volvió hasta el tercer día

—Hola, buenas tardes—dijo alegremente la chica

—Buenas tardes, muchas gracias por lo de la otra vez, le encantaron las flores—

—¿En serio?—

—Si—

—Que maravilloso, ¿también le llevará alguna flor el día de hoy?—

—¿Tienes zantedeschia aethipica?—

—Eh...—Senku sonrió ladinamente

—Alcatraz—

—Ah, si por supuesto—Kohaku río nerviosa—aquí estan, ¿otra vez se va a llevar todos?—pregunto con una sonrisa, Senku río

—No, esta vez no, me basta con 3, por favor—

Semana SenHaku 2022 FebreroWhere stories live. Discover now