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« —Hyung ¿podemos vernos en el parque? ahora

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« —Hyung ¿podemos vernos en el parque? ahora. »

De sus labios salió un suspiro tembloroso, frotó sus brazos para tratar de entrar en calor. Debió traer una chaqueta con él, pero cuando salió de su casa sólo pensaba en su objetivo: confesarse de una vez por todas.

Aunque salió con la confianza por los cielos, ahora, sentado en una banca del parque, se sentía quizás demasiado nervioso. Tenía un nudo en el estómago y sentía que podía desmayarse en cualquier momento. La idea de regresar a su casa y olvidar todo este asunto parecía muy tentadora.

—No —dijo con firmeza—. Eres fuerte Kai, puedes hacerlo. Tu puedes, claro que puedes.

Una cosa era decirlo y otra creerlo. Estabamos hablando de su corazón después de todo, y los asuntos del corazón no eran ningún juego.

« —Iré. »

Fue todo lo que decía el mensaje cuando Yeonjun contestó. Eso sólo lo puso más nervioso, nunca recibió una respuesta tan... seca.

Yeonjun era alguien que escribía largos textos junto con varios emojis, por eso el mensaje lo dejó inquieto.

« —Estoy en una de las bancas cerca de la fuente. »

Después de eso guardó su celular en su bolsillo trasero, entonces intentó calmar a su corazón que amenazaba con salirse de su pecho.

Pasaron alrededor de cinco minutos cuando al fin lo vio. Estaba al otro lado, pasando la fuente buscándolo con la mirada. Al ver a Hueningkai no dudó en acercarse y sentarse a su lado.

—Hola —saludó.

Hueningkai no sabía muy bien que decir, las palabras se quedaban atoradas en su garganta, pero como pudo devolvió el saludo un poco torpe.

Entre ambos se creó un silencio incómodo, algo que nunca había sucedido en todos sus años de amistad.

—Hyung...

—Kai...

Hablaron al mismo tiempo y luego callaron abruptamente.

—Usted primero, hyung —sonrió pequeño.

—Tranquilo, puedes hablar primero, después de todo fuiste tú quien me citó aquí.

Yeonjun habló con seriedad, sin romper el contacto visual en ningún momento, poniendo al menor en un estado delicado. Pobre de su corazón.

Tomó una larga respiración para reunir el valor para hablar. Se suponía que iba a ir a confesar sus sentimientos por fin, pero por supuesto, estábamos hablando de Kai Kamal Huening, y cómo olvidar que el pobre no actuaba bien bajo presión.

—¡Hyung, quiero que me beses! —exclamó con todo su cuerpo temblando.

—Huen-

—¡Te pag...

❛ ¡te pago! ❜Where stories live. Discover now