Adicción..

capitulo 7 "Anna Chantel'

Dagmar
Mis piernas duelen, me siento rara, como si algo hubiese cambiado, anoche fue inolvidable para mí, fue tan tierno y delicado, sin dudas no pudo ser mejor, de solo recordar lo que pasó siento mariposas en el estómago, no es una sensación que me guste en realidad. Por otro lado estoy en las oficinas del bar y estoy a punto de descubrir quién ha estado robando dinero en los bares de Five pero una mujer, esa misma quien estuvo con él en el bar el día que nos conocimos entró al lugar y sin anunciarse ingresó con confianza hacia la oficina de él.
Sin dudas es muy bonita, tiene un gran escote, piernas largas y tiene elegancia al caminar. Admito que estoy intrigada por lo que hacen en la oficina, estoy celosa pero no puedo hacer ni decir nada, él y yo no somos nada, solo perdí mi virginidad con Five, eso no me hace algo oficial.

Five
Después de desayunar con Dagmar me encerré en mi antigua oficina para buscar papeles e investigar algunas cosas pero mi puerta se abrió y sonreí pensando que era ella, la mujer a la cual desvirge, con la que pasé una noche increíble y la cual me tiene encadenado, loco y adicto pero me di cuenta de que no era ella sino alguien a quien no deseo ver.- Chantel..

-Vega..-sonrió mientras se acerca y deposita un beso en la comisura de mis labios, me alejo un poco y ella lo nota, su ceño se frunce y yo sostengo mi seriedad.- ¿qué pasa? Parece que no quieres verme.— me dice en tono ofendido.

-Es que Anna, no tengo tiempo para esto..

En realidad Chantel me gusta Dagmar, quiero conocerla y hacer algo bien en mi puta vida que no sea solo follar.

Pensé pero no lo dije.

-Nunca me habías dicho que no a pasarla bien, pero en fin. Vengo a decirte que mi padre habló con tu tío, y bueno querido Five, serás mi prometido..— no le creí y me reí creyendo que era una broma hasta que vi una sonrisa cínica en su rostro.

Mi mandíbula decayó, ¿Que mierda?  No, no no, no puedo casarme con Chantel, yo quiero a Dagmar pero ¡carajo! Mataré a mis tíos.

-¿Qué mierda dices? ¿Mi tío Adrián?

-Five sabes que con tal de tener poder tu jodido tío es capaz de cualquier cosa, hasta de entregar a su amado sobrino.— hizo un puchero falso y luego río.— sea el juego que estés jugando con esa asistente tuya debe terminar, te casaras conmigo. Serás mío.

-¡No! Me niego a casarme contigo, lo nuestro fue cosa de sexo nada más.

-bueno pues, mis padres no lo ven de esa forma, ya está dicho, no puedes oponerte o sabes lo que pasará con tu madre y contigo...-sonrió e intentó acariciar mi mejilla pero tomé su muñeca y me la quité de encima.

-No me toques.— bufé.— te odio.

-Tendrás que dejar tus juegos, tu y yo bien sabemos que no la quieres, solo es un pasatiempo... un agujero en el cuál meter tu polla.

¡No! No Dagmar, es todo lo que quiero en mi vida, estoy decidido a hacer las cosas bien con ella.

-Vete, Vete antes de que pierda los estribos y no dude en meterte una bala en el centro de tu cabeza.

-adios mi amor.-avanzó hacia la puerta y antes de cerrarla volvió a mirarme.- anunciarán todo en la fiesta de Navidad.- y con eso, se fue.

No, yo no puedo hacerle esto a Dami, ella es todo lo que necesito.

Mis obligaciones me tienen encadenado, soy el hijo mayor y único, todo recae en mí y mi familia siempre tuvo control en mis decisiones, mi tío Adrián es el cabecilla desde que mi padre falleció, aunque yo me haya hecho cargo de los negocios legales e ilegales él siempre tuvo control sobre mi amenazando con matar a mi madre, y todo lo bueno que me rodee a mí.

-como renunciare a ti Dagmar. No puedo.— me dije a mi mismo mientras me pasaba las manos por el rostro.

Pensará que la usé, que solo quise follarmela.

Tengo poco tiempo, navidad es en tres meses y no puedo hacerle esto a Dagmar, ella es alguien que no merece sufrir por un monstruo como yo, no debí, no debí ser el primero, no debí buscarla, no debí besar sus labios ni sonreír por ella ¡Carajo! no quiero lastimarla.

No puedo hacerte esto mi bello ángel.

Me quedé pensativo, intentando buscar alguna solución, quiero a Dagmar pero no tengo el valor de decírselo y eso me está matando, el solo hecho de su rechazo hace que mi corazón se enfríe, no quisiera que me rechace y huya de mí cuando se entere de la verdad, que mis bares solo son una mentira para cubrir la realidad de la vida que me tocó, no soportaría ver en sus ojos miedo, miedo de mí.