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━━ eltrabajo de tío satoru.📌
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RESPIRABA CON UN POCO DE ESFUERZO, MIENTRAS SEGUÍA golpeando, o tratando de darle un golpe a su padre. Observó su rostro, tenía un corte en el labio, un pómulo rojizo y seguramente le dolía el abdomen el cual era el lugar donde había acertado más golpes, aunque ella más porque su padre tenía más experiencia.
—Listo.—el hombre soltó un suspiro y movió su muñeca de forma circular.
—¿Queee? Pero...—intentó protestar la menor pero el rubio alzó una mano frente a su rostro dando a entender que la ignoraría y que no siguiera hablando.
—No, no debes sobreesforsarte. —la chica de altura pequeña, pero de diez y seis años se cruzó de brazos e hizo un puchero.
No tenía nada que decir.
—Ademas, Satoru es un descuidado, nisiquiera te ayudo. —reprochó el rubio la falta de cuidado hacia su hija.
—Pero yo podía. —se defendió y también trató de excusar a su mejor amigo y tío albino.
—No, claro que no, esa maldición estaba por la calle, no estaban en ninguna misión que le impidiera protegerte. —y seguía y seguía, y la chica rodó los ojos por sus quejas—, no me ruedes los ojos.
—Ugh, bien. —bufó la de pelo blanquecino y salió de aquella habitación de entrenamiento que tenían en el apartamento.
La fémina iba tras de él con un trapo secando el sudor de su cuello, el pequeño chongo de cebolla que se había hecho en su cabello termino deshecho y solo amarrando la mitad de arriba mientras la de abajo estaba un poco pegajosa por las gotas de sudor.
Una cosa que le molestaba era estar sudada. No le agradaba para nada, al igual que la lluvia.
Por lo menos agradecía tener el top y licras de color negro. Podía moverse con facilidad con ello.
—Anda a darte un baño y descansas, mañana repasaremos el uso de armas.
La mirada de la albina brillo, mientras el rubio la miraba por el rabillo del ojo haciendo una sonrisa imperceptible. Antes de que pudiera ella decir algo, él ya había salido de su campo de visión. Pero aún así pegó un chillido de emoción porque practicaría con su arma maldita.
A lo largo de los cinco años donde estuvo al cuidado de su padre adoptivo -que resultó ser el hombre que la salvó-, había descubierto el mundo de los hechiceros y maldiciones. También por qué se originaban y el por qué solo pocas personas podían verlas. Le costó trabajo dejar a sus hermanos atrás debido a su muerte, o eso dijo, en fin ¿A quién le importa?
