Parte 4

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Tema del Omegacember: "Colmillos y Celo omega".

—Así, Vík... Lo estás haciendo muy bien. —Susurró Horacio al oído del omega, permitiendo que sus dientes rozaran ligeramente con su piel.

Víktor dejó escapar un profundo suspiro mientras se aferró con más fuerza al cuello del alfa. Su cuerpo temblaba, y la calidez que transmitía le brindaba una satisfacción inexplicable.

El omega estaba recostado sobre la cama del menor, así como habían acordado; su interior había sido dilatado con total parsimonia, y ahora era llenado por uno de sus juguetes, consiguiendo apaciguar la necesidad que sentía.

Las manos de Horacio continuaron con su labor, una repartiendo caricias por la perlada y preciosa piel del hombre, y la otra con los movimientos certeros del objeto en su interior.

Con un leve giro de su muñeca, logró alcanzar el punto deseado en el mayor, consiguiendo que las manos ajenas se clavaran con fuerza en su espalda.

—¡Ah-Alfa!

El aludido detuvo el camino de besos que estaba formando por la mandíbula ajena, y se alejó apenas lo suficiente para ver la expresión ajena. Las facciones contraídas por el placer y el rubor que pintaba toda su piel fue la imagen que le fue devuelta.

—¿Sí, omega? —Respondió a su llamado. La pronunciación de aquella palabra picó en su lengua.

—Mordida. —Le pidió rehuyendo la mirada, sin poder soportarlo, aunque lo suficiente para que Horacio pudiera fijarse en los ojos llorosos envueltos por completo en la neblina rosa de su celo. Acompañó sus palabras de un movimiento de su cabeza, dejando expuesto su piel cubierta por el collar de protección.

Horacio pudo sentir la saliva acumularse en su boca ante aquella petición, y sus dientes cosquillearon al tiempo en que aumentaron de tamaño, estando completamente dispuestos a cumplir la orden del omega.

Acercó su rostro a aquella hendidura, deleitándose con el aroma tan puro que surgía de ella. Tragó duro, sus músculos tensos.

—Debes tomar mi nudo primero, como el buen omega que has sido. —El alfa pudo sentir el cuerpo ajeno estremecerse bajo su toque—. ¿Lo harás? —Víktor asintió levemente, sus manos de nuevo se habían envuelto a la espalda del otro, buscando un soporte—. Tienes que decirlo, cariño. —Utilizó la voz en un tono dulce, aumentando el ritmo de las estocadas.

—Tomaré t-tu nudo, alfa. —Masculló, a pesar de que pasó un momento, con cierta dificultad por articular aquellas palabras.

Horacio continuó con su cometido, el de brindarle la mayor satisfacción a su omega, acompañada de palabras de afirmación, asegurándole que todo estaba bien, y que lo estaba haciendo muy bien.

Ya puedes correrte. —Le ordenó, habiendo leído las señales del cuerpo ajeno, y sabiendo el alivio que le otorgaría poder obedecerle.

Activó el nudo artificial que tomaría lugar en la cavidad del mayor, extendiendo dulcemente sus paredes; mientras tanto, sus colmillos encontraban su lugar encajándose en el material del collar, que a pesar de proteger la piel podía permitir cierta presión para menguar los deseos del omega de ser marcado, y los propios deseos del alfa de marcarlo.

.⋅ 𝐍𝐢𝐝𝐨 ⋅. - Volkacio (omegaverse)حيث تعيش القصص. اكتشف الآن