Eso hice, lo envolví en un abrazo mientras trataba de calmarme para poder escuchar solo sus latidos, su corazón golpear contra su pecho con fuerza y un poco acelerado.

- ¿Recuerdas el orden de la familia de Odin? - sonreí un poco por su pregunta mientras me calmaba

- Odin, Frigga, Hela, Thor, Loki - enumere en voz baja

- Repitelo - comenzó a acariciar mi cabello y eso hice, repitiendo los nombres en orden unas diez veces mientras escuchaba su corazón

Hasta que me calme.

- ¿Recuerdas cuando te conté las historias Quileute? - Susurro sin dejar de peinarme con suavidad

- Si - Trate de no volver a alterarme, pero me costaba

- Resumidamente, en la reserva, la parte de la tribu Quileute, nosotros nos regimos bajo el mando del consejo: el viejo Quil Aterea, Billy Black y Harry Clearwater - Contó llamando mi curiosidad - Ellos son quienes se encargan de todo, pero no son quienes nos cuidan

- ¿Quiénes los cuidan? - pregunte alzando un poco la cabeza

- Quienes nos cuidan de que no nos roben nuestras tierras y del mundo sobrenatural es la manada - Me tensé un poco por la parte del mundo sobrenatural, algo que obviamente notó - Sam es el alfa, Paul, Embry y yo somos los betas. Nuestra sangre tiene un gen lobuno que viene de nuestros ancestros y que se activó por detectar una amenaza

- Pero yo no...

Suspiré pensando en la parte de sangre, no podría ser porque papá no compartía lazos con la reserva, ni siquiera un parentesco físico o de sangre lejana, mamá ni siquiera era nativamente de Forks. Me senté sintiendo mis ojos cristalizarse para ver a Jared.

- Mírate al espejo, Leo - me giró para ver el cristal frente a mi cama - Nunca lo pensé, pero el gen se activó en ti y eso solo significa que tienes sangre Quileute. Algo que explicaría muchas cosas

- ¿Cosas... Cómo qué? - sentí mi voz quebrarse

- Hace meses tú cuerpo está cambiando, siempre nos preguntábamos porque eras de piel bronceada cuando tu familia era pálida como una hoja, de allí salió tú apodo de morocha Swan - tomó mis manos y voltee a verlo sin aguantar las lágrimas - No hay dudas que eres hija de René pero

- No - lo interrumpí separandome para levantarme de la cama bruscamente - No digas idioteces, Jared

- ¿Por qué se separaron Charlie y René? Nunca lo dijeron - Se levantó y siguió hablando sin importarle - ¿Por qué eres tan diferente a ellos? Mira tú color de piel, tú cabello, tú rostro, inclusive tú forma de ser

- Ya basta - Lo tomé por los hombros desesperada pero él negó

- Tú y yo lo sabemos, Leo. No te mientas

Sentí mi respiración quemar por lo que automáticamente comencé a concentrarme en un sonido, pero aún lejos del pecho de Jared podía escuchar perfectamente los latidos de su corazón y la sangre corriendo por sus venas. Siendo un calmante natural que me tomó por sorpresa.

- Charlie no me mentiría con algo así - Susurré bajando mis brazos - Estamos hablando de mi identidad

Él suspiró para luego tomar mi celular bajo mi atenta mirada.

𝐈𝐃𝐄𝐍𝐓𝐈𝐓𝐘²; Cullen'sWhere stories live. Discover now