𝔒𝔠𝔢𝔞𝔫 𝔈𝔶𝔢𝔰

01

Sanatorio Mental Smith Grove 1965

Tres meses,
Tres meses luego del incidente,
Tres meses luego de ser encerrada allí,
Todo era demaciado blanco para su gusto.
Podría hasta quedar ciega, las paredes y pisos y los uniformes de la gente que estaban allí.

Al principio, pensó que era el cielo cuando llegó, el blanco era puro y limpio, pronto se dio cuenta de que no era así.
Ese lugar todo menos el cielo, las personas que habían ahí, le aterraban.

¿Cuando podría volver a su hogar? Quiere regresar a su cama con sus peluches y abrazarlos hasta que exploten.

—Por favor, Esther. Solo quiero ayudarte. —habló con una voz una suave.

Esther paso tres meses teniendo las mismas sesiones, la misma conversación y la misma actitud.

La pelirroja continuo mirando a Esther con su mirada afilada con unos hermosos orbes ámbar.

—Podremos terminar esto más rapido si tu cooperas. —la señora reposa sobre sus piernas un portapapeles.

—¿Enserio? —pregunto Esther, inocentemente.

—¡Claro que si! —sonrió de oreja a oreja.

—¿Pronto podré ver a mi mami y papi? —sus ojos la observaron atentamente sus pequeños pies, esperando una respuesta.

La sonrisa de la psicologa se desvaneció, trago saliva y pensó antes de hablar. -Lo siento Esther, pero eso no se podra hacer.

—¡Entonces no le diré nada! —soltó un berrinche, juntando sus piernas frente a su pecho y escondiendo su rostro.

—Esther... —acercó su mano tratando de calmarla.

Provoco el efecto contrario, en cuanto Esther sintió su mano, grito desesperadamente, agitando sus manos y piernas para evitar que la mujer no la tocase.

—¡No! ¡No! ¡No!

N̴͎̼̜̝̈͒͒̎́̇̆ô̶̢̧̳̤͍̍̑̓̓̌!̶̞͎͍̖̙̤͉̗̤̓ ¡̶̼̣̣͂̊̐̀̄̿̈͗̈́̚N̴͎̼̜̝̈͒͒̎́̇̆ô̶̢̧̳̤͍̍̑̓̓̌!̶̞͎͍̖̙̤͉̗̤̓ ¡̶̼̣̣͂̊̐̀̄̿̈͗̈́̚N̴͎̼̜̝̈͒͒̎́̇̆ô̶̢̧̳̤͍̍̑̓̓̌!̶̞͎͍̖̙̤͉̗̤̓ ¡̶̼̣̣͂̊̐̀̄̿̈͗̈́̚N̴͎̼̜̝̈͒͒̎́̇̆ô̶̢̧̳̤͍̍̑̓̓̌!̶̞͎͍̖̙̤͉̗̤̓

—¿Y como te fue?

—Un dolor de cabeza. —comenta la pelirroja.

—Al menos tu paciente si puede hablar Dra. Jane.

—Y también grita y mucho. —Jane masajea su frente con cansancio.

—Ya desearía yo que Michael hablará. —Cruza sus brazos, frustrado.

—¿Todavía no logras sacarle nada, Loomis? Cuanto lleva ya sin decir una palabra, ¿dos años? —su mirada fija en el Dr. Loomis. Mientras inhala su cigarro.

—Sus padres informaron que Michael no hablaba desde antes, decía alguna palabra pero desde que asesino a su hermana no a dicho nada. —observa a Jane. —Y no deberías fumar dentro quedará el olor dentro.