00

162 17 2
                                    

Año 1965

Observando en un punto fijo del suelo, mientras sus pequeñas manos se movían inquientamente, escuchando el ensordecedor sonido de los platos romperse los gritos de sus progenitores.

Era así todos los días.

Todo por ella.

Sus dulces ojos comenzaban a brillar más, mientras pequeñas acumulaciónes de agua comenzaban a aparecer en los bordes de sus orbes.

Solo escuchaba los platos romperse y los gritos de sus padres, no dejaban de insultarse. Luego de lo que parecia una eternidad finalmente se callaron.

-Que asco de vida. -Las fuertes zandacas de su madre se escucharon desde la cocina hasta el living parando por un momento para solo escuchar el sonido de la puerta siendo azotada.

-Zorra estúpida. -escucho como su padre se acercaba al sofá viejo y rasgado. -¿Quien mierda se cree para hablarme así? -sentado a su lado con una botella de vidrio en la mano.

Comenzó quitando la tapa de la botella mientras gruñia, hechando un trago a la bebida.

La pequeña solo observo la botella, temblando, sabía que era hora de no provocar a su padre.

Tratando de ocultar sus pequeñas piernas amoratadas se deslizó del sofá en silencio.

-Tu no te vas. -La sujeto del brazo con fuerza. - tu te quedas aquí, tengo algo que hablar contigo. -jalo bruscamente de ella al sofá provocando un quejido.

El se levantó del sofá, arrojando la botella contra la pared, rompiendola en pedazos que calleron al suelo junto con algunas gotas en la pared deslizándose y algunas en el suelo.
Los inocentes ojos observaron a su padre pararse frente a ella, de una forma imponente y amenazadora.

-La vecina se volvió a quejar sobre ti. Dijo que la ignoraste todo el día y no le hacías caso cuando te llamaba. -observo a la niña fríamente. - ¿¡Que mierda te sucede para que seas así!?

La pequeña solo observaba el suelo mientras comenzaba a tener hipo.

-Levanta la cabeza y mirame a los ojos.

Siguió mirando el suelo.

-¡Mirame a los ojos! -Tomó bruscamente con su mano las mejillas de la menor y la forzó a verlo. -Más te vale que mejores esa actitud, porque te estas ganando una muy buena paliza. -Levanta su otra mano hacia la altura de su cabeza.

Inmediatamente la pequeña se tapó la cara, mientras temblaba del miedo.

-Papi no. Papi no. Papi no. -los mocos caían junto con sus lágrimas, temiendo a su padre.

-Vete a tu cuarto estas castigada todo lo que resta de la semana. Cuando vuelva tu madre hablaremos de esto. -Suelta bruscamente a la pequeña.

En cuanto su padre la soltó salio huyendo hacia su cuarto.

Todos los dias era siempre asi.

Ya se habia acostumbrado a vivir asi.

Ellos la amaban.

A̸̱̼̲̟̘̫̣̞̓̾̓́̎̅̀̍̆̔ ̶̧̟̗͑̋͋̊̃̾̀s̶̬̼̫̯͂̀͐͒̀̄̈́̈̚͜͠ṳ̶̢̓̂́͐̓̀ ̷̟͇̲̼̳̰̮͆͑̽̾̓̕̚͝͠͝ͅm̷̢̡̳͓̜̜̈́́͜ͅă̴̺̘̿̈n̵͔̜̙̼̮̤͖͍̮͓̓̇̓̔̓̓̈́̚e̴͇̥͎͂̄̃̃̊̀̍̃̚͝r̵̘͍͔͉̿͑͛͂͝a̵͖̾̊́̽̍̋͋̾̿̄.̷̢̤̲̻̭̲̥͉̉͑͜

𝔒𝔠𝔢𝔞𝔫 𝔈𝔶𝔢𝔰Where stories live. Discover now