Sentimientos Indeseados [ AkaSen ]

II

-|Capítulo 2|-
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Se pueden escuchar gritos provenir de cierta casa en la cuál sólo vivían un padre y su hijo.

Akaza lo sabe, ha estado yendo ahí desde que "mató" al pilar de la llama en busca de encontrar a alguien que acepté su propuesta, pero viendo cómo iba la cosa ya empezaba a sentirse mal y desesperado.

—¡Padre por favor!

Aún le sorprendía ver como el menor llamaba padre a la persona que menos lo merecía. Akaza podía sentir su sufrimiento y eso le ayudaba bastante, ya que sólo debía esperar a que se cansara y escapara, lo tomaría cuando esté totalmente vulnerable y listo, ya tenía a un demonio sin haber echo algo. Sólo que inconscientemente le desesperaba esa situación. Iba seis días visitando al menor y nada cambiaba, golpes, gritos, insultos, eso era cosa diaria. Senjuro era idéntico a su hermano mayor, solo que éste tenía la llama de su corazón apagada y su forma de ser era muy cerrada, no sonreía y no mostraba nada. Suponía que era así por todos los maltratos que ha de haber recibido desde pequeño, peor ahora, que desde que Kyojuro "murió" su padre no ha dejado de golpearlo.

Que lamentable, ya no había nadie que lo rescatara, a veces Akaza se sentía mal por haber "matado" a Kyojuro, pero no le importaba mucho si al final eso le ayudaría en su objetivo de conseguir a alguien más que acepatara su propuesta, así sea un tanto difícil.

—Debe ser feo perder a una persona que amaste demasiado, que triste... —Pronunció algo decaído y se cubrió el rostro con una mano en señal de desaprobación, pero al instante se dio un golpe por pensar así, un poco más y se parecía a la luna superior dos.

Tal vez pasar mucho tiempo con él estaba afectandolo.

No lo sabía, pero un sentimiento nostálgico invadía su cuerpo cada vez que veía al menor llorar, era cómo si ya habría tenido esa sensación y le desagradaba. Soltó un suspiro cansado y quiso retirarse de allí pero los gritos de Senjuro se hicieron más audibles.

Dirigió su vista hacia la habitación nuevamente y abrió los ojos al ver lo que pasaba. Ahora estaba siendo gravemente abusado, Akaza se aguantó las ganas de entrar y torturar a la persona que le estaba haciendo eso, así que lo único que hizo fue mandar una fuerte sensación a su cuerpo haciendo que pierda fuerzas. Senjuro pudo salir de su habitación gracias a ello y ahora se encontraba corriendo hacia el bosque.

Akaza aprovechó eso para poder alcanzarlo, y es ahí dónde todo inició, porque Senjuro aceptó seguirlo, era de esperarse, ¿quién soportaria vivir con alguien que abusa de ti todos los días?

—¡Senjuro ven aquí! —Su padre no dejó de llamarlo pero Senjuro ya no quería sufrir más.

Él lo había decidido, si se tenía que convertir en demonio para salir de ahí lo haría por su bien.

«Kyojuro, ahora tu hermano estará bien, yo cumplo lo que digo»