🍓 ;; Jueves

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—¿Qué estás haciendo?

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—¿Qué estás haciendo?

Era un día como cualquiera en su departamento en Nueva York. Desde que empezó a vivir junto a Free, no hay un solo día, tarde o noche misma en que las extrañas costumbres de su actual compañero de piso salgan a la luz.

La semana pasada tan solo, le vió levantarse varias veces en la noche, en plena madrugada a observar el lamento del cielo nocturno, el dulce cuadro de oscuridad que se extendía a diestra y siniestra sobre ellos. Daba un poco de miedo, pero jamás se había atrevido a cuestionar nada de lo que hacía.

Al menos no tan directamente como ahora.

Shu pensaba que Free no le respondería, porque él era así. O quizá, lo hiciera, pero con un clásico comentario empañado en sarcasmo, típico de él, que le molestaría, pero no lo suficiente para echarlo a patadas de su casa.

Sin embargo, para su sorpresa, no fue así, y después de un breve lapso de silencio, De la Hoya abrió sus labios para decir algo.

—Les pongo nombres a las estrellas—explicó, apartando su mirada de la ventana, para dirigirla a él, al menos, por los segundos que se sintió capaz de sostener a esos penetrantes ojos carmesí que le observaban con curiosidad—, de las personas que me importan—acabó.

—Oh, ya veo…—comprendió Shu, haciendo una mueca extraña. No quería pensar en ello, porque quería evitar decirle que sus acciones le parecían más las de una persona con serios problemas psicológicos, y que debería ir con un especialista de inmediato.

Cualquiera se lo tomaría a mal, sobre todo De la Hoya. 

Simplemente, por ese momento, se sentó a su lado, tratando de vislumbrar lo que tenía a Free tan ensimismado, tan atento. Sin embargo, fue el instante en que también una duda empezó a carcomer su alma, cual gusano a una jugosa manzana; si bien, no llevaban más allá de unos meses compartiendo habitación, Shu se preguntaba, si aquello logró cambiar en algo su forma de percepción mutua, porque al menos para él, hasta hace esos mismos meses, Free era toda una molestia, y ahora, después de haber compartido las suficientes experiencias para llamarlo "amigo", pues decir que sentía cierta admiración por el chico, ya sería demasiado… vago, pero también comprendía una verdad muy concisa.

Shu pensó, que quizá a él le había ocurrido exactamente lo mismo, a su manera, por ello, no evitó exponer sus dudas a Free, girando su cabeza en la dirección a donde el rubio estaba.

—De casualidad…—inquirió, capturando toda la atención, que esas orbes en marrón profundo, pudieran expresar—, ¿El mío está en alguna de ellas?

La pregunta pareció haber desconectado a todas las neuronas que para ese punto, seguían carburando en el cerebro de Free, porque éste se quedó callado de nuevo, como acostumbraba a hacer.

Estaban ellos dos, tan solo mirándose en silencio bajo la oscuridad y el peso de una repentina, y lúgubre incomodidad.

Shu también sintió que había estado mal hablar sobre aquello, pero, cuando cayó en la cuenta, ya era demasiado tarde. Ahora Free pensaría que el raro era él, o si bien le iba, tan solo consentiría en la arrogancia que su comentario disparó, como una inseguridad insufrible en Shu.

—"Bien hecho, Kurenai"—se reprendió a sí mismo, volteando lentamente hacia el cielo estrellado delante de ellos. La tensión había despertado, y casi que podía cortarse con tijeras.

Por parte de Free, él estaba nervioso, pero no lo hacía notar tanto como el albino quien movía insistentemente una de sus piernas. En realidad, estaba nervioso porque sin querer, Shu había visto a través de su persona, por primera vez, desde que llegaron a ese punto en su relación.

Y retratar una verdad, que llevaba tiempo añorando en Free, cultivando un sentimiento que en ese preciso momento —un muy mal momento, cabe aclarar—, no había estado en sus planes para esa noche.

—No—respondió. Y por absurdo que fuera, para Shu se sintió como el caer de veinte toneladas de agua fría sobre su cuerpo. Estaba seguro que hasta se sintió desmayarse ahí mismo, y no porque no esperara esa respuesta, si no porque a Free le dió por continuar aquello, de una forma que realmente no había esperado—, tú tienes el sol…

 Estaba seguro que hasta se sintió desmayarse ahí mismo, y no porque no esperara esa respuesta, si no porque a Free le dió por continuar aquello, de una forma que realmente no había esperado—, tú tienes el sol…

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🍓 ꜱᴛʀᴀᴡʙᴇʀʀʏ ᴊᴀᴍ 🍓Where stories live. Discover now