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Sus pasos eran incesantes, la música movida en sus oidos bloqueaba todo aquello que pasaba a su alrededor, su concentracion solo era para sus zapatos, moviendose, casi bailando al ritmo de la canción.

Iba tarareando partes de la canción que se reproducia en sus audífonos, con un par de bolsas en las manos que contenian el alimento de esta semana, junto a la coca-cola para Edd, un par de espejos para Matt y unas botellas de licor para él.

Tomó y destapó una, bebiendo directamente de la botella, al separarla de sus labios soltó un gemido ronco al sentir ese ardor tan caracteristico del alcohol, dando un suspiro felizmente.

- Tan bueno..

Murmuró, mordiendose el labio ligeramente para no beber de más. Sus pasos torpes lo llevaron a tropezarse, riendo por su propia estupodez.

Todo había sido tan bueno desde aquella desgracia que le dejó una cicatriz en el hombro, y debajo de su cuenca.

Solo pensaba en al fin llegar a su casa, para poder acostarse en su calida cama, cubierto con sus sabanas a cuadros. Tal vez darse una buena ducha para relajar sus musculos.

No se dio ni cuenta cuando terminó su botella de licor, tirandola en alguna basura cercana.

Siguió caminando, un par de cuadras y ya llegaba a su hogar.

Un auto negro, con una "mancha" roja en la puerta. Decidió no darle importancia y seguir caminando, pero algo le llamó la atención.

El auto lo iba siguiendo.

Decidió no pasar a su hogar, dando vuelta a otro callejon, el cual fue una mala idea, el auto aun lo estaba siguiendo.

Derrepente, vio como un chico de grandes cejas y otro con el cabello como alitas de pollo  se bajaba de el auto, con un trapo con cloroformo en la mano, cubrió la boca y nariz del británico, el cual trataba de alejarlo, gruñendo y forcejeando como podía.

Pasó un par de minutos para que el cloroformo hiciera efecto, durmiendo al pelopiña que mantenía en su mano la bolsa con las compras.

Lo metieron en el auto y se lo llevaron, sin que nadie se diera cuenta, sin que nadie lo viera, sin que nadie tratara de ayudarlo. Todos estaban demasiado ocupados con su propio sufrimiento como para ayudar a otros.

[...]

Sus ojos comenzaron a abrirse, estaba cansado. Jadeo un poco al darse cuenta de que no estaba en su casa, o en el de Edd y Matt.

Estaba en un lugar cerrado, piso negro con paredes negras.

Una chica bastante atractiva se le acercó, con una jeringa en la mano, Tom trató de coquetearle, la chica solo rodó los ojos y le inyectó aquella sustancia en el cuello, dejandolo adormilado.

Fue atado en una camilla, mientras reia suavemente por estar atontado por la sustancia en sus venas.

Su vista se volvió borrosa al ver a alguien con cachos acercándose, riendo escandalodamente por eso.

- ¡Ayuda! ¡Encontré al diablooo!

Ni siquiera podía ver bien quién era, pero podría reconocer esos cuernos donde fuera, no podía enojarse si estaba medio drogado.

- Heey comunistaaa, ¿Cómo está tu robot? ¿Funcionó bien?

Preguntó con burla mientras alargaba algunas palabras, sus cuencas entrecerradas no hacian nada más que hacerlo parecer un vagabundo drogado y borracho, todo al mismo tiempo.

A Su Servicio, Red Leader. [TordTom]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora