Yo, no sabía cómo explicar que si tenía un alfa, y que era su ex esposo, bueno, se podría suponer que si, por qué mi padre y yo nos amabamos, pero el aún no me había marcado.

Yo me sonroje un poco con la pregunta y recordé lo que mi padre me habia dicho, que hiciera como si no pasará nada entre nosotros, así que calmandome un poco respondi.

- ...No mamá...aún no tengo ningún alfa - Respondí mirando a mi plato de comida para evitar su mirada.

- Era de esperarse, nadie podría aguantarte Michael -

- ...Lo se...madre... -

Mis dos hermanos menores se veían confundidos ante la situación, sabía que mi madre no era una buena persona, pero, por orden de la ley no puedo quitarle mis hermanos a mi madre.

El resto de la tarde paso "normal" o al menos asi lo veía yo, llegó la noche y mis hermanos convencieron a mamá para que los dejara dormir esa noche en casa de mi papá y que ella se los llevará en la mañana.

Mamá se fue dejando a mis dos hermanos, me quedé jugando con ellos en la habitación que antes les pertenecía, hasta que se cansaron y los acosté en sus camas, era tan bonito verlos dormir cerca de mi al menos una vez más.

Les di un beso en la frente a cada uno de mis hermanos para después dirigirme a otra habitación con mi papá.

- Michael, ¿Cómo están los niños? -

- Ellos están bien papá, ya están dormidos -

- Supongo que eso es bueno -

- Si, me alegra tenerlos aquí al menos unas horas más -

Suspiré y me senté en la cama quitándome los zapatos para ya acostarme en esta, una vez que me acosté, mi padre hizo lo mismo, le di un abrazo y me quedé dormido de inmediato, sin duda, eso era bueno.

A mitad de la noche me desperté por una voz de un niño pequeño, cuando me asome por la puerta de la habitación ví a mi hermano Evan ahí parado, supuse que tenía miedo, y si, era eso.

- ...Michael...¿P-puedo dormir con ustedes?...tengo mucho miedo -

- Claro que si Evan, ven con nosotros -

Evan se acostó en medio de ambos, sin duda lo que más quería era protegerlo de mamá, pero se que no era tan fácil lograr eso, de nuevo no logré conciliar el sueño hasta las 4:00 AM.

Al día siguiente todos nos levantamos casi a la misma hora, para las 11:30 de la mañana mis hermanos ya estaban listos, solo quedaba esperar a mi mamá.

- Yo no me quiero ir - Dijo Elizabeth abrazándome.

- Lo se Liz, pero tienes que ir con mamá, si no habrá problemas Lizzie -

- ¿Cómo que tipos de problemas Michael? -

- Eres muy pequeña para entenderlo, hermanita -

Unos 5-10 minutos después llegó mamá, trate de mostrarle una sonrisa, la cual, ella solo ignoró, no quería que se los llevará, pero tenía que, una vez que se fueron me senté en el sillón y se me escaparon algunas lágrimas.

Papá solo me miro y me abrazo, de verdad quería tener a mis hermanos conmigo el resto de mi vida.

Cuando llegó la tarde mi padre y yo estábamos viendo televisión, hasta que mi padre me tomo del mentón y me hizo mirarlo.

- ¿Uh? - Me sonroje un poco al mirar los ojos de mi padre, eran, simplemente hermosos.

Mi padre no dijo nada, solo me beso y yo le correspondí, me acostó en el sofá y se posicionó encima mío, empezó a bajar sus besos a mi cuello, yo trataba de aguantarme los gemidos, pero era casi imposible, se me escapaba uno que otro gemido.

Al sentir la lengua de mi padre lamiendo mi cuello no pude resistirme, era, simplemente mágico, hice mi cabeza un poco para atrás para darle más acceso a mi cuello.

De repente sentí que mi padre clavaba sus dientes en mi cuello, oh no, está pasando, en serio está pasando, ¡Mi padre me había marcado como su Omega!, No lo podía creer.

Mi rostro se llenó de una felicidad inexplicable, sin duda era como entrar en el mismo paraíso, se sentía tan bien, si, sentía algo de dolor por la mordida, pero, se sentía jodidamente bien que eso no importaba ahora.

Mi padre lamia la sangre que salía de la marca que me hizo, eso, sin duda, me hizo gemir.

- A-Ahh~ - No pude evitarlo, era tan satisfactoria y tan exitante, mi padre levanto su cabeza mirando hacia la mía, joder, esa mirada tan bonita, esa boca tan deliciosa, ese cuerpo tan perfecto, sin duda lograban hacer muchas cosas en mi.

Mi padre estaba a punto de hacer otro movimiento hasta que llamaron a la puerta, ¡A la jodida puerta!, sin duda habían arruinado un momento mágico, mi padre solo se levantó y se limpio la boca, yendo a abrir la puerta.

Estaba enojado por que habían arruinado ese bello y mágico momento, fui directamente al baño y observé la marca que me había hecho mi papá, una sonrisa se formó en mi rostro, ahora sí, no habría nadie que pudiera separarnos, nisiquiera la mismísima muerte.

Cuando cubrí mi marca baje al primer piso, cuando baje ví a la persona que estaba tocando la puerta, no me sorprendió, pero no era muy común que viniera, de todos modos fui a la cocina para saludarlo.

• - Todo por ti - William x Michael •Where stories live. Discover now