𝐋𝐚 𝐝𝐞𝐬𝐚𝐬𝐭𝐫𝐨𝐬𝐚 𝐯𝐢𝐝𝐚 𝐝𝐞 𝐌𝐚𝐭𝐬𝐮𝐧𝐨 𝐂𝐡𝐢𝐟𝐮𝐲𝐮

III

Es viernes y el cuerpo lo sabe, no hay mejor día que éste; salir temprano de la escuela y olvidar los pendientes por todo el fin de semana, claro, sin contar a Matsuno, y muy a su pesar a Kazutora, pues no hace mucho que un enano peli-cenizo había prácticamente raptado a Takemichi.

Según el rubio, el primer paso de su súper infalible plan para atrapar a esa zorra, era investigar en la "escena del crimen" dónde seguramente habría muchas pistas. Es el tercer suspiro del bicolor mientras se pregunta si el minino se ha estado juntando con Hinata, éste fanatismo por el crimen y misterio sólo se lo atribuía a la chica y a su recién descubierto interés por  "Detective Conan".

Chifuyu daba vueltas y vueltas alrededor del salón vacío, con una mano en la barbilla paseando los ojos con suma concentración como si al hacerlo  se volviera más listo, Kazutora rodó los ojos pues lo único que él veía eran útiles regados de ahí y allá, ¿Es que acaso aquí estudian animales?, tal vez su cuarto no era el más ordenado, el de Baji menos, pero esto...

—Sigo sin entender porqué seguimos aquí y no en tu casa. — optó por mantenerse recargado a lado de la puerta.

—Piensa un poco Kazutora, aquí debe de haber un objeto de quién quiera que haya puesto la cubeta — ignorando el hecho de que el bicolor se había invitado a su hogar dió una tercera vuelta por el salón —dicen que las pistas están donde menos las esperas.

—Ah, no tiene caso buscar algo que no hay, volvamos a tu casa tengo ham...— dió tres pasos y un pequeño crujido de llevó la atención de ambos hacia el pie del bicolor, al levantarlo se encontraron con un broche de cinamoroll.

Ignorando olímpicamente el gesto altanero de Chifuyu al encontrar tal pieza, la recogió en su mano con una ceja alzada, "¿Enserio?".

—Perdona creo haber olvidado tus palabras de hace rato, ¿Quieres repetirlas o nos concentramos en la pista? — el mayor rodó los ojos.

—No puedes comprobar que es del culpable, en tu salón la mitad son chicas. Y esto es algo que también usarías.

—Creí que eso ya había quedado claro y el broche estaba cerca de la puerta, seguramente se le cayó mientras colocaba la cubeta y como tenía prisa se le olvidó

Mientras Chifuyu narraba los acontecimientos como si una cinta se reprodujera sobre su cabeza con las imágenes de lo sucedido, Kazutora lo miraba incrédulo por la historia que se había armado en tan poco tiempo y con sólo un broche para el cabello, terminó por soltar una pequeña risa sin poder evitar seguirle el juego.

—Muy bien detective, eso nos deja a la mitad de tu salón como sospechosos.

—Gracias por el cumplido pero el sarcasmo estaba de más. Descartando a Jin y a sus amigas porque obvio, son sus amigas, nos quedan un total de 13 chicas... — se podía notar su entusiasmo descender de manera cómica. Algo dentro de Hanemiya no estaba del todo seguro de dejar fuera del caso a las amigas de la chica, rayos ya sonaba como un caos real, chasqueó la lengua por ello.