MENTES RETORCIDAS [Yeonbin]

29

Todo se sentía diferente en la escuela. Había un aura diferente. O tal vez era solamente el cambio de actitud de su mejor amigo.

Beomgyu miraba a Soobin desde el otro extremo del pasillo, recién acaba de llegar, felizmente temprano esta vez.

Soobin sacaba sus cosas de su casillero, totalmente normal, pero había algo diferente ese día. Quizás era su mirada o la sonrisa relajada que llevaba pintada en el rostro.

Beomgyu estaba seguro de no haber visto esa expresión tan calma en su mejor amigo desde hace meses. No sabía a qué se debía, pero estaba feliz por ya no tener que ver la misma cara abatida a la que se estaba acostumbrado.

Sin quitar la sonrisa de su rostro, el ahora pelinegro, se acercó a saludar a su mejor amigo.

Beomgyu tocó los cascos de sus audífonos con el dedo índice para que se percatara de su presencia.

Soobin abrió más los ojos, y cuando se dio cuenta de que era Beomgyu, le sonrió, quitándole lo audífonos.

——Buenos días, solecito ——saludó el pelinegro.

Soobin se quedó observando su cambio de look.

——Se ve mucho mejor que en fotos ——halagó Soobin ——. Definiuvamente el negro es tu color.

Como toda una diva, Beomgyu peinó su cabello para atrás, luciéndonlo.

——A los guapos nos queda todo, querido.

Soobin se le quedó viendo como si estuviera loco y luego rió.

Más allá de la broma, Beomgyu se enfocó en la sonrisa abierta y sincera de Soobin.

Se dio cuenta que había extrañado a alguien a quien había estado viendo todos los días. ¿Cómo eso era posible?

——¿Soy yo o te picó la abejita de la felicidad?

Con la misma radiante sonrisa ahora de labios cerrados, respondió.

——Digamos que sí.

——¿Y no piensas contarle a tu mejor amigo la razón?

Soobin arrugó la nariz y negó tiernamente con la cabeza. Le pegó suavemente a Beomgyu en el hombro y se alejó dando saltitos.

——Nop, vamos a clase para que copies mi tarea. Esta vez sí hice todas.

Beomgyu le frunció el ceño a la imagen de la espalda de su mejor amigo, alejarse.

——¿Quién eres tú y que le hiciste a Soobin? ——Pretendía sonar extrañado, pero el alivio cariñoso se coló un poco en su tono de voz.

Soobin volteó con esa sonrisa encantadora tan característica suya, llevándose varias miradas de personas que nunca lo habían notado antes.

——Justo aquí, amigo, justo aquí.