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Soobin se dispuso a instalarse en la sala con un tazón de frituras y una película de comedia romántica para que su hermano no pudiera escapar de nuevo. En algún momento bajaría a comer algo, incluso si no estuviera comiendo casi nada últimamente. El hambre le ganaría en algún momento y ese sería el momento de Soobin.

Soobin odiaba la mentiras, irónicamente, siendo un maravilloso mentiroso. Sino hubiesen sido por las piadosas palabras de Jungkook, él habría exigido una respuesta de la forma menos amable y comprensiva posible. Estaba seguro de que eso algo que le estaban ocultando lo involucraba a él de alguna forma. ¿Qué sería? La ansiedad imposibilitando su concentración en el filme como si de un mosquito se tratase. Solo esperaba poder aclarar las cosas cuanto antes.

Fueron dos horas después, con otra película ya iniciada, que Soobin escuchó el sonido de una puerta abrirse. Desde la sala era posible ver las escaleras. Era su hermano con una apariencia fatal y cansina, pero aún así viéndose malditamente atractivo, bajó las escaleras con una expresión de fastidio e irritación, soporífera más que nada.

Desde su sitio, aprovechando que el mayor no había dirigido su vista hacia él aún, lo escrutó atentamente logrando ver mejor su rostro hinchado y ojos más pequeños de lo normal. Ese era el rostro de Tae después de llorar, después de llorar mucho.

Soobin al no encontrar el control de la televisión con prontitud para pausarla, dejó la película correr, las voces llenando el silencio sepulcral que se hubiera formado sino fuesen por estas. Se levantó e interrumpió su camino a la cocina al llamarlo.

——Tae ——Solo pudo pronunciar su nombre, pues no sabía qué preguntarle exactamente o cómo decirle que Jungkook le había dado a entender que tenían secretos graves.

Taehyung exhaló, liberando todo el aire de sus pulmones, esperando que la asfixia que sentía se fuera con el aire. No fue así.

La voz de su hermano menor logró detenerlo. Lo último que quería era darle explicaciones a alguien. Él creía que estaba solo, creyó que su salida con Yeonjun se alargaría como todas las demás veces, sin embargo, no fue así. De haberlo sabido, lo hubiera retenido, como siempre.

Se giró para enfrentar a su hermanito, este estaba usando su camiseta oversized blanca. Si no se estuviera sintiendo como lo hacía, hubiera sonreído; Soobin desde pequeño siempre usaba su ropa, esta siempre le quedaba grande por la diferencia muscular, pero cuando era niño, Soobin le decía que tal vez si la usaba, algún día sería tan genial como él, cosa que hizo sonreír al mayor en su momento pues sabía que era una cosa de niños, además de que él no se sentía genial en lo absoluto, pero que su Binnie lo admirara tanto, lo hacía sentirse mejor cada vez que quería rendirse. Obviamente con el tiempo, Soobin dejo de tener esos pensamientos cada vez que se prestaba algo suyo, luego quedándose con una prenda, no obstante, era una tradición ya.

Taehyung miró a unos ojos que denotaban verdadera preocupación y el corazón le dolió un poco más.

——Hyung, ¿qué sucede? ——musitó dando un paso inseguro hacia el mayor. Jamás había sentido una brecha tan grande entre ellos. Antes hubiera ido a abrazarlo sin duda alguna, pero había algo que no le dejaba, no podía hacerlo.

——No es nada, Bin ——Se esforzó por darle una media sonrisa.

Soobin ya no se creía esas mentiras tan descaradas.

——Nunca es nada, ¿no? Siempre estás cansado, estresado, hambriento, pero no es nada ——soltó con molestia ——¿No confías en mí?

Taehyung frunció ligeramente el ceño. Lo hacía, claro que lo hacía, pero esto era diferente.

MENTES RETORCIDAS [Yeonbin] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora