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— Hoy no puedo ir, Sam.— dije en un gruñido. Mi hermana mayor insistía en que debía salir a dar una vuelta junto a ella en el auto de Yasmine.

— Pero... tú las conoces mejor que yo. Por favor.

Volví a negar. Esa noche no tenía ganas de salir a ningún lado. Mi día había comenzado a primera hora, había ido al gimnasio y sin que papá se diera cuenta había entrado al dojo, convertido en depósito, donde entrene un poco de karate.

— Dije que no.

Mi hermana mayor me sacó el dedo corazón y azoto la puerta de mi dormitorio para irse. Yo solo suspire. Samantha había insistido para que la introduzca a mi grupo de mi amigas. Yo era un año adelantada, por lo que estaba en su mismo curso. Formaba parte del equipo de porristas y ahí fue donde conocí a Moon y Yasmine. Y nos hicimos inseparables desde la secundaria.

Sam, en cambio, solo tenía una amiga: Aisha, quien en este verano se había ido al campamento de robótica y Sam rápidamente comenzó a juntarse con mis amigas. Además de eso, texteaba con el cretino de Tyler, quien era muy amigo de Yasmine y por ende era mi conocido.

Escuche como mamá volvía del trabajo y saludaba gritando desde la planta baja. Yo grite nuevamente para saludarla. Estaba editando unas fotos que había sacado en el gimnasio, quienes me contrataron para hacer las fotos de la publicidad.

La fotografía era otro de mis pasatiempos, comenzó como un juego pero luego me di cuenta que era buena y conseguía algunos trabajos para poder tener mi propio dinero.

Y esa básicamente soy yo. Amber LaRusso, hija del bicampeon de karate de All Valley: Daniel LaRusso, hermana del medio de Samantha y Anthony, y miembro de las porristas. Mi vida era perfecta hasta que recibí  una puñalada en la espalda de alguien que jamás creí que lo haría, el karate siempre había sido un modo de defensa; pero sabía que quien daba el último golpe era el ganador y yo... yo daría todo por ganar.

🥋🥋🥋

Amber no sabía cómo pero se había hecho convencer por Sam a faltar a una de las reuniones del Club de campo al que iban todos los años. Harían una fiesta en la piscina de su casa junto a todo el grupo, sin el permiso de sus padres.

— Papá y mamá estarán enojados.— río Amber.

— No se enterarán. Se acabará antes de que lleguen.

Los invitados eran:  el grupo de porristas, los amigos de Kyler, y el cuarteto de amigas de Amber y, ahora, de Sam.

— Trajimos amplificadores.— Kyler bajó junto a sus amigos de un Jeep unos minutos después de que la fiesta había comenzado.— Pero no tenemos trajes de baño.

Amber aceptó el amplificador y lo cargó en sus brazos mientras Sam indicaba al grupo que podían utilizar trajes de baño de su padre. Thomas Gold, el mejor amigo de Kyler siguió a la castaña.

— Te ves más hermosa que ayer, Amber.— dijo acercándose al cuerpo de la chica. Thomas era guapo, no podía negarlo. Siempre coqueteaba con ella, se habían besado un par de veces pero Amber había dejado en claro que no quería nada con el.

— No me viste durante todo el verano, tonto.

— En mis sueños si.

Amber rió.

— ¿Y que hacía?

Thomas sonrió de manera pícara y se acercó mucho más a la castaña, toco sus hombros desnudos e inspeccionó el cuerpo bien trabajado de la castaña, que se podía apreciar por el bikini rojo que traía puesto.

The last punch  || Cobra KaiWhere stories live. Discover now