Así estuvimos, un rato mirándonos, sin hablar, y honestamente, en momentos así, no hacen falta palabras. A veces a través del silencio decimos las palabras más importantes.

__Diana __ susurró Gael.

__ ¿Mmmh? __ contesté invitándolo a continuar.

Acarició mi mejilla, y luego enterró suavemente sus dedos en la parte trasera de mi cuello para acercar mi rostro al suyo. Gael estaba muy serio, lo más serio que lo he visto en todo este tiempo y me puse nerviosa. Mis manos estaban temblorosas, como si todas las partes de mi cuerpo fueran conscientes de que iba a decir algo importante. Joder, este silencio me pone peor.

Él se terminó de acercar a mí y me besó. Me besó con el romanticismo de Grecia, y me acarició con la pasión de Afrodita. Yo quería colapsar como el volcán de 1956 del que surgió la ciudad de Santorini. El beso se volvió más apasionado aún de un momento a otro, y su respiración se aceleró notablemente. Nuestros cuerpos se atraen como si desprendieran algún magnetismo. Luego se separó para respirar. Enredó sus dedos en mi cabello y apoyó su frente a la mía.

Entonces, me dijo las palabras que más yo ansiaba escuchar, y las que menos esperaba que me fuera a decir.

__ Te quiero, Diana Dawson.

Escuchar eso incendió mi alma. Despertó tantas cosas en mí...
Quería saltar, gritar, correr, cualquier cosa. Necesitaba liberar toda la emoción que estaba sintiendo.

Así que sin saber qué hacer, lo pegué contra mí y lo besé. Nuestras lenguas danzaban entre ellas, jugaban, se tentaban, se saboreaban. ¡Dios, me encanta Gael Mackenzie! Y si estoy segura de algo en mi vida, es que no importa la penitencia que tuviera que cumplir, si Gael fuera un pecado, yo caería en La Tentación mil veces.

Luego rompí el beso para sonreír. Él me devolvió la sonrisa.

__ Te quiero, Gael Mackenzie.

Sus ojos adquierieron un brillo deslumbrante y me regaló una amplia sonrisa que marcaban esos hoyuelos preciosos que se formaban en sus mejillas.

Entonces, de repente, comenzó a gritar como un maldito desquiciado para llamar la atención de montones de personas que veían el atardecer en la Caldera volcánica.

__ ¡Ella me quiereeeeeeeeeee! ¡Joder sí! ¡Diana Dawson me ha dicho que me quiereeeeee! ¡ Y yo también la quieroooooooooo! ¡¿No es geniaaaaaaaal!?

La multitud nos miró sonrientes y formando un coro perfecto gritaron  "Siiiiiiiii" . A mí me ardía la cara. Joder, definitivamente Gael está jodidamente loco. Pero eso me encanta.

Yo empecé a reírme sin parar sin saber qué hacer y Gael me cargó y me dió vueltas en el aire.

__¡Yujuuuuuuuuuu! __ gritó y mis carcajadas simplemente se intensificaron.

La multitud nos seguía mirando, pero  Gael sin importarle eso, me besó. Me besó sutilmente, suavemente. Luego como una fiera con sed de mis labios. Entonces a mí se me olvidó que teníamos una audiencia de más de cien personas y le respondí el beso con las mismas ganas. Con el mismo deseo, con el mismo sentimiento.

La multitud comenzó a silbar, aplaudir, y aullar de la emoción.

Si me preguntaran cuál ha sido el momento más feliz de mi vida, respondería sin duda que ha sido este.

Cuando comenzó a caer la noche, el lugar se fue quedando sin personas. Noté como a Gael se le oscurecieron los ojos mientras recorría con ellos mis piernas. Yo lo miré y me relamí los labios. Le dimos la vuelta a La Caldera, quedando justo en frente de la parte sumergida del volcán. Gael me pegó contra una pared de la caldera y devoró mis labios, pero lentamente. Los besos sonaban un poco. Él succionó mis labios y yo metí la lengua en su boca, él aprovechó para chuparla. Sabe que eso me fascina. Luego yo hice lo mismo con la suya dos veces seguidas, pero yo chupé su lengua más lentamente. Luego me aparté de su boca para llevar mis labios a su cuello y besarlo. Él gruñó y apretó mis nalgas, de modo que me pegó contra él y su erección chocaba con mi pelvis. Entonces él mordió mi oreja, y lamió mi cuello. Dios, me voy a morir de un infarto.

Tentación [En Edición]Where stories live. Discover now