Capítulo 12

6 9 24
                                    

*La vida a veces duele*
*Gael Mackenzie*

Lorena y yo cenamos en el primer restaurante que encontramos dentro del hotel. Yo todavía estaba incrédulo. ¿Lorena con cáncer? Es que ese diagnóstico tiene que estar mal.

__¿En qué piensas?__ preguntó ella mientras picaba la comida en su plato con un cuchillo y un tenedor.

__Sigo sin creerme que tengas cáncer, ¿Estás segura? ¿Existe alguna posibilidad de que los médicos se hayan equivocado?

Ella sonrió tranquilamente.

__No, Gael. Me están atendiendo unos profesionales, son médicos excelentes.

Pasó un rato en total silencio pero no se sentía incómodo. Sentía los ojos de Lorena sobre mí. ¿Debo decir algo?

__¿Sabes?__ empezó ella__ todas las noches antes de dormir, pienso que todos podemos perder la vida en cualquier momento y solo cuando sentimos que nos puede pasar a nosotros, valoramos más cada detalle, Gael, cada segundo. Gracias por haber venido.

__Sé que eso no es lo único que me querías decir, Lorena. __le digo antes de llevarme un pedazo de carne a la boca que muerdo con los dientes. Ella posa sus ojos sobre mi boca en ese momento y los dos apartamos la mirada incómodos. Ella carraspea.

__Es cierto. Te quería pedir perdón por haber sido la peor novia del mundo. Tú no merecías lo que yo hice __ Dijo cabizbaja

__Mi primo te folló sin remordimiento alguno tanto como tú a él, Lorena, y gracias en serio por tomarte el tiempo de pedirme perdón, pero el perdón sin arrepentimiento no es nada, y tú no estás arrepentida de haberlo hecho, de todos modos yo ya te he perdonado.

Luego terminamos de cenar y la acompaño a la puerta de su habitación en el hotel y me dirijo a la mía. Le seguía dando vueltas a todo. Lorena no puede tener cáncer. Ella no puede estar padeciendo una enfermedad tan horrible. Ella no se puede morir. Sentía mi pecho apretarse. Por otra parte, Diana no me ha llamado.

Tal vez regresar a Los Ángeles era lo que quiso en el fondo desde el principio. Agh, no, estoy inventando mi propia película mental, era obvio que yo le gustaba. Por supuesto que no se quería ir.

Agarré de nuevo mi celular con la intención de llamarla, pero seguía enviándome directo a buzón.

Necesito desestresarme urgentemente. Para algunos, quizá, la música no es de mucha ayuda cuando nos sentimos mal, pero yo la necesito para vivir así que conecté mi celular a unas bocinas que habían en la habitación y puse a reproducir mi playlist para bailar aleatoriamente.

Me levanté de la cama y me saqué toda la ropa que me sobraba, quedándome solamente con mis pantalones puestos y de pie frente a un espejo que abarcaba casi toda la pared, comencé a bailar. Me dejé llevar al ritmo de Chris Brown y cerré los ojos mientras bailaba, intentando no pensar en el repentino cáncer de Lorena y en la partida de Diana.

#

Ya era media noche. Hace un rato bajé a cenar con mis padres, quienes me informaron que en una semana iríamos a ver la casa que tenían pensado comprar en Los Ángeles. La Felicidad no cabe en mi cuerpo, porque estoy muriendo por ver de nuevo a Diana Dawson, aunque no hace ni siquiera veinticuatro horas que no la veo pero, hace casi veinticuatro horas no sé nada de ella.

Siempre me he preguntado por qué si mi madre tiene su propia compañía de baile en Los Ángeles, y mi padre su propia galería de arte, no han decidido antes comprar una casa allí. Sonará raro, pero nosotros no tenemos una casa propia, nos la pasamos de viaje por el mundo y, siempre he llamado cuarto a mi habitación en cualquier hotel donde nos quedemos. A mi familia le apasiona conocer el mundo, y a mí igual, pero mi hermanito por fin va a poner estabilidad en esta loca familia.

Tentación [En Edición]Where stories live. Discover now