Capítulo 2

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*Todos somos pecadores*
*Gael Mackenzie* :

En el aeropuerto cuando estábamos a punto de abordar el avión para venir a Las Vegas, Diana no paraba de hablar, nos subimos al avión y ¡Diana Dawson seguía sin parar de hablar y yo adoro el silencio!, así que le dije que hablaba tanto casi como los narradores de las partidas de fútbol.

En la atracción de la fuente de las Aguas Danzantes, descubrí lo mucho que me divierte hacer que sus mejillas se coloreen y que no sepa cómo responderme, me gusta ponerla nerviosa, y lo que más me parece divertido, es que Diana saca valentía no sé de dónde, pero se las ingenia para inventar sus respuestas, la mayoría sarcásticas.

Ahora tiene los cachetes rojos porque me ha encontrado en bóxer en la cocina, no puedo verla, pero sin embargo apuesto a que está sonrojada, y a mí me fascina fastidiarla o decirle cosas que la pongan nerviosa, aunque ella pareciera ponerse nerviosa solamente con mi presencia.

__Tú también deberías cubrirte más, con ese pijama tan sexy dejas muchas cosas a mí imaginación. __Le digo y escucho como esta da un paso hacia atrás cuando yo camino hacia ella, cortando la distancia entre nosotros.

__Yo no he bajado a la cocina en bragas, tu imaginación es asunto tuyo__replica Diana, sonando sorprendentemente firme para lo nerviosa que está, vaya, es muy buena para disimular, para fingir, para mentir. Es fácil conocerla, ella no sabe cómo esconder sus emociones, es la persona más transparente y vulnerable que he conocido en mis diecinueve años.

__Para mí no supone ningún problema que para la próxima bajes en bragas__ Digo en un susurro para finalmente sonreír sensualmente, aunque sé que ella está evitando el contacto visual entre nosotros, porque está avergonzada.

__Pues eso también es asunto tuyo, de todos modos a mí tú nunca me vas a ver en bragas.

__ ¿Tú no eres la misma chica que hace un rato me sugirió no decir nunca, siempre ni para siempre?__ Ella se quedó callada, rígida, mientras aferraba su mirada al suelo y se pegaba más a la pared de la cocina. Di más pasos hacia ella, cortando tanto la distancia entre nosotros que ahora nuestros rostros están a escasos centímetros.

Instantáneamente Diana se puso el doble de nerviosa, pero ahora me estaba mirando a los ojos con los labios entreabiertos a punto de decirme algo, pero la interrumpí, acercándome más, y más, hasta que moví mis labios prácticamente encima de los suyos para hablar, no rozaron, pero eso fue un milagro de Dios.

__¿Me tienes miedo?__pregunté en un susurro ronco, disfrutando sus nervios, sus sonrojos, sus respuestas sarcásticas, disfrutándola a ella.

Noté como se tensó, y su respiración se entrecortó, y yo creo que mejor me alejo, o voy a cometer un pecado si ella sigue mirándome con esa cara de inocente.

__No. __respondió Diana firmemente.

__ ¿Ah, no?__ Me acerqué más a su rostro en un movimiento rápido y vi como esta cerró los ojos. Acomodé un mechón de su cabello castaño oscuro detrás de su oreja, y en la misma le susurré:

__ Tranquila, Didi, todavía no voy a besarte. __ Retrocedí un paso, ella tenía los ojos abiertos y las mejillas más ruborizadas que todas las veces que había visto antes.

__ ¡Estás completamente loco, ni siquiera quería que me besaras, o sea, ni siquiera te soporto, y aprende a respetar mi espacio personal!__habló ella con la voz temblorosa, pero cargada de enfado, cosa que también me pareció muy divertida.

__ ¿O qué? ¿Piensas demandarme por invadir tu privacidad?, porque yo podría demandarte por acoso.

Ella elevó las cejas con sorpresa

Tentación [En Edición]Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ