Un amor en Manhattan || Cole Sprouse (TERMINADA)

Empecemos

 ¿enamorarse o confundirse? Embrollos que normalmente empiezan a aparecer en una mujer desde los 13 años en adelante.

Me conto un pajarito que, en New York, Manhattan para ser específicos algo así sucedió, hace un tiempo no sé cuánto exactamente una agradecida y hermosa niña llamada Sofia cumplió sus 13 volviéndose una "señorita" como a la gente les gustaba llamarla, lo cual le incomodaba notablemente, pero la mayor parte del tiempo decidía ignorarlo.

 Como toda nueva adolescente empezó a interesarse en el tema de los chicos (antes de seguir cabe aclarar que tanto ella como su familia son originarios de Latinoamérica así que apenas manejaba en inglés) bien sigamos, a este tema en lo personal nunca le había dado la más mínima importancia, pero mientras se profundizaba en la escuela secundaria se interesó en algo en especial... alguien especial, Cole... Cole Sprouse, era el prototipo del entonces CHICO PERFECTO.

Cabello rubio y sedoso del cual hermosos cabellos caían con delicadeza sobre su frente, ojos verdes que llegaban a cambiar ligeramente al azul, de tez blanca decorada con lindos y bien proporcionados lunares y un ligero bronceado, dentadura perfecta y en buena forma... era simplemente perfecto, pero para colmo 2 años mayor que ella, ¿Por qué para colmo? Pues en su familia había una costumbre muy rara y boba a su parecer que hasta sus padres seguían, se trataba de que si los 2 no tenían la misma edad sus padres no lo aceptarían condenándola a conformarse con el millonario mimado de su salón de clases del cual hubo el rumor de que sus padres pagaban cariñosamente al colegio para que sacara el promedio más alto lo cual termino siendo cierto, pero nadie le dio importancia así que desde ese momento se juró a sí misma que ¨nunca¨ se enamoraría de nadie, sabiendo que sería difícil, muy difícil se repetía a sí misma.

08/06/2007

Pasaron las semanas y siguió cumpliendo su juramento firmemente hasta un viernes antes de semana libre pues ese día cuando al fin era hora de volver a casa alguien decidió regar ese secreto que no había contado a nadie más que a su diario y como es evidente no quería que nadie supiera, se rego más rápido que chisme de sábado en peluquería hasta llegar a los oídos del lindo chico al cual no se había atrevido a hablarle, no encontró forma de escapar de las juzgonas miradas adolescentes y justo en ese momento apunto de explotar visualizo a su hermana mayor jalarla del brazo y sin poder pronunciar una palabra solo la siguió, el alivio se había apoderado notablemente de ella pero no por mucho porque a lo lejos lo noto, era el en la salida, mirándola fijamente pero con un expresión tranquila lo cual lo hacía más lindo y ella al llegar a la salida de la mano de su hermana solo fingiendo no haberlo reconocido sintió una suabe mano en su hombro, ese tacto, ese leve y suabe tacto que la había hecho sentir por primera vez las famosas "mariposas en él estomago", y en ese momento escucho un murmuro que no llegaba a ser susurro..

C: ¿es cierto?, ¿lo que dicen?

los nervios se hicieron presentes causando que olvidara todas sus clases de inglés y no le quedaba otra opción, más que echar la carrera y así lo hizo, corrió en dirección a su casa, tan rápido como si su vida dependiera de ello y su hermana tratando de seguirle el paso llego 5 minutos después más cansada que nunca, pero luego de llegar a casa no se habló más del tema, como si nunca hubiera pasado porque si sus papas se enteraban las dos se irían a un internado para jóvenes problema por haberlo ocultado (si, así de estrictos eran sus padres).

Fue un fin de semana como cualquier otro hasta que el domingo por la tarde las 2 se encontraban tranquilamente viendo Harry Potter y el prisionero de Azcaban, ya que era costumbre todos los fines de semana verse todas las películas de Harry Potter entre ellas y alguien toco la puerta, pero como estaban tan metidas en la película la cual como de costumbre, varias veces habían pausado para discutir cual estaba más buenongo, por parte de su hermana el más lindo siempre había sido Harry pero ella desde pequeña había quedado atontada con el príncipe slytherin, pero bueno, decidieron no prestarle atención a la puerta solo oían a sus padres conversar como siempre en la cocina mientras hacían el almuerzo, fue su papa quien respondió a la puerta llevándose la no muy agradable sorpresa de un muchacho preguntando por su hija menor, con una buena excusa que su padre creyó después de analizarla bien y sin sospechar nada la llamo y segundos después estaba saliendo de su habitación con una sudadera azul claro la cual le quedaba grande, unos cómodos shorts de pijama y su cabello castaño hecho un rodete alto y un poco desordenado, pero al ver por qué la llamaban se quedó perpleja mientras la sangre subía a sus mejillas y otras vez volvían esas molestas mariposas y escalofríos. Aun petrificada con un hilo de voz y queriendo sonar lo más normal posible pregunto