Mi esposo que me odiaba perdió la memoria.

19

Si están con alguien váyanse, porque este capítulo estaaaaaaa, fufu, van a chillar.

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¿Por qué ese loco bastardo se ríe y grita? 

Hessen, horrorizado, se maldijo a sí mismo y levantó la jarra.

─Oh sí. Actuó como si hubiera perdido la memoria─. Respondí casualmente, pero cuando lo escupí, sentí una sensación de alivio. 

Owen no era el tipo de persona sobre la que chismorrear.  Evidentemente hay algo más. Hessen, que dejó la tetera en lugar de verter agua en el vaso, miró a Owen.

─¿Qué?

─Oye, no, hermano. Sé honesto, ese niño de repente se volvió extraño.

─¿Cómo fue extraño?

─¡Solo dilo!

La cabeza de Hessen estaba a punto de estallar mientras Owen continuaba desempacando. Bebió de un trago el agua que había vertido en su vaso y preguntó con una voz bastante amenazadora.

─Dilo, ¿Qué es?

─Bien…─. Owen se levantó del sofá y puso un cigarrillo sin fumar en el cenicero. Hessen, al darse cuenta de que estaba a punto de marcharse sin responder debidamente, se quedó sin aliento.

Ese maldito bastardo. 

'Un día definitivamente haré que te arrodilles.'

Cada vez que Owen decía eso, su estómago se revolvía. La sensación de ser ignorado siempre ha sido la peor. Hessen no pudo contener su ira y despertó el espíritu, pero como de costumbre, no había nada que pudiera hacer.

Hessen apretó los puños al sentir su espíritu Terra, envuelto alrededor de su cuerpo. Owen se volvió hacia él y sonrió levemente cuando vio a Terra, que era amarilla como una chica.  Era la sonrisa que solía hacer cuando veía a alguien que no era una amenaza en absoluto.

─¿Cuándo crecen tus espíritus? Incluso un bebé recién nacido es más grande que eso.

─Cállate.

Owen sonrió cerró los ojos y miró a Hessen, que se apresuraba a morderse los dientes y agitó la mano mientras se acercaba a la puerta. A Hessen se le retorció el estómago porque parecía lo bastante relajado como para sentirse molesto.

─Ya sabes, Hessen─. Con un clic, Owen abrió la puerta y miró a Hessen antes de salir de la sala de estar.

─Hago lo que haga, es todo por Everett.

Y la puerta se cerró. Dejado solo en la sala de estar, Hessen explotó su poder espiritual y puso todo patas arriba.

Después de que pasó toda la conmoción, la sala de estar se convirtió en un desastre. Hessen, que se quedó atónito y miró fijamente la puerta, murmuró con voz feroz.

─Perra. Qué estás haciendo... ¿Crees que no hay forma de que lo averigüe?

 * * *

Dos días después, Theodore vino a verme.

No he salido a encontrarme con él desde que he estado descansando en mi habitación durante los últimos dos días.

Durante un tiempo, había estado tratando de borrarlo de mi mente, así que estaba en un estado de calma, pero cada vez que intentaba enfrentarlo de nuevo, siempre era incómodo.

Incluso él parecía haber perdido la memoria. ¿Cuándo volverán sus recuerdos? Me resultó difícil tratarlo como si se hubiera convertido en una persona diferente.