El hombre pecoso se arrodilló junto a él. "¿Fue golpeado por uno de los bastones?" preguntó preocupado mirando por encima del hombro a Sin.
"No, me aseguré de que ninguno de los dos fuera alcanzado". El hombre mayor se arrodilló junto a Sina. Nakht flotaba ansiosamente a su lado, agachado junto a la cadera de Sina.
"Nakht ..." Sina susurró con voz ronca, Su rostro estaba sonrojado y sus ojos verdes estaban vidriosos mientras buscaban con náuseas a Nakht.
El chico moreno buscó la mano de sus amigos. "Sina ... Sina estoy aquí ¿estás bien?"
"Estoy muriendo."
"¡No! ¡No, no lo eres!" Nakht comenzó a llorar. Las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas.
"Voy a ser un fantasma". Sina parecía aturdida y medio dormido.
"¡No, no puedes! ¡Sina!" Nakht abandonó la mano de Sina para agarrarse desesperadamente a su camisa raída.
"Hace tanto calor."
"...¿Caliente?" Nakht miró con recelo a través de las lágrimas, se soltó la camisa y se balanceó sobre los talones.
"¿Te acabas de sobrecalentar de nuevo? ¿Eso es todo?" su voz era incrédula
"El agotamiento por calor puede ser peligroso, Llevémoslo a un baño frío".
El hombre pecoso tomó a Sina en sus brazos. Salió corriendo con Nakht pisándole los talones. Sin los siguió y llamó a Aladdin y Morgiana.
"¡No te preocupes por Sina! ¡Nos ocuparemos de él y nos reuniremos con ustedes para almorzar más tarde!"
El tranquilo pelirrojo miró a Morgiana por última vez y lo siguió en silencio.
Ja'far caminó rápida pero uniformemente por el pasillo para no empujar innecesariamente al chico sobrecalentado. El chico del turbante balbuceaba en voz baja mientras Nakht los seguía.
"Una vez conocí a un fantasma". Sina recordó distraídamente.
"¿Qué-qué? Sina, no tienes sentido." Nakht trotó más cerca cuando las palabras de sus amigos lo invadieron la confusión.
"Está delirando por el calor. Mantenlo hablando hasta que podamos enfriarlo". Ja'far ordenó cuando Sin y el pelirrojo los alcanzaron. Masrur pide a una criada que erta agua fría, no fría, en la bañera. Rápido. El pelirrojo asintió y voló rápidamente por el pasillo delante de ellos.
"¿El fantasma de quién conociste, joven?" La voz de Ja'far cambió para ser amable, pero sus ojos eran acerados y decididos.
