perfect for each other

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ii.
perfectos el uno para el otro,
in honor of the soulmates


August 8th, 1973;
23:24 pm.
Lady of the Lake Theater;
Magical Yorkshire, England.


Ya estaba arrepintiéndose de hacer el favor cuando escuchó las voces.

Los vestuarios del teatro no tenían mucha seguridad, lo que James agradecía, porque su malhumor burbujeante no lo ayudaría a ser respetuoso si alguien lo detenía a mitad de camino para interrogarlo sobre su presencia aquí. Detrás del escenario, los camerinos de bailarinas le resultaron interminables; agradeciendo haber hecho caso a la recomendación de mamá y traer las gafas, porque de lo contrario, no sería capaz de leer los nombres en las placas doradas.

— Eso me pasa por ser amable — murmuró groseramente. 

Estaba tentado de dar media vuelta, volver al palco y estrellarle a Aristaeus las flores en la cara; pero eso sólo lo haría perder más el tiempo del que ya perdió al venir en primer lugar. Con un suspiro resignado, se detuvo frente a la puerta que rezaba "Segundo Cygnet: Cyrene" en letras mágicas (debieron haberlas colocado para hoy en específico) y agradeció al notar que estaba un poco abierta.

— ¡Fue un acto magnífico, mon petite fée!

La voz varonil y de adulto frenó a James de empujar la puerta con el pie. Su ceño se frunció de confusión, asegurándose de recordar bien que el ministro seguía en el palco antes de que él bajara, y se quedó quieto, sin querer llamar la atención de las personas en el camerino. El francés le voló rápido por la mente; no muy seguro de cómo tomar que Cyrene, de 13 años, estaba aquí sola con un hombre adulto desconocido que la llamaba su pequeña hada.

¿Qué mierda?

— ¿De verdad lo crees? — una voz aniñada y femenina, que no tenía que ser otra que Cyrene, respondió entusiasmada. James miró a través de la pequeña rendija entre la puerta abierta y el marco de madera, y vio parte del tutú de su vestimenta de ballet, ya que el resto de ella estaba oculta frente a un hombre mayor de cabello negro surcado por pequeños rayos de canas grises. — No creo que a Madame Boucher le haya gustado mucho.

— Pues entonces está ciega — dijo el hombre, con un encogimiento simple de hombros. James se negó a aceptar que había pensado lo mismo, porque Cyrene lo hizo increíble como cygnet, y entrecerró los ojos ante el movimiento suave del cuerpo del adulto, que se apoyaba en un bastón de madera. Si se acercaba a ella más de lo que creía aceptable, James gritaría. — Siempre es un plaisir verte bailar, ma petite fille.

Ok, bien, eso era todo. 

James agarró las flores con fuerza, como tía Marko le enseñó, y maquinó un plan rápido: iba a entrar ahí; le estrellaría el ramo en la cabeza a aquel extraño; agarraría a Cyrene y la sacaría del camerino. De repente, la falta de seguridad en los vestuarios lo irritó de sobre manera ¿No se les ocurrió ni por un segundo que cualquier pedófilo podría colarse a los camerinos de las niñas? Merlín, esperaba que papá lo dejara ver la metódica destrucción de la Academia Nimuë si era el caso.

[3] CARRY YOU ━━ james potterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora