Epílogo

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Estos últimos tres años no habían sido nada fáciles pero sí especiales, como Jeongin diría. Criar a dos bebés con horarios apretados y con noches sin dormir, era cansado. A veces Jeongin y Christopher pensaban que no podían más, pero luego veían veían sus hijos reírse de sus travesuras y suspiraban, sonriendoles de vuelta.

Para el año siguiente que Yuna y Jihoon llegaron, ellos decidieron retomar sus estudios. Chris eligió mercadotecnia, porque me ayudaría a tener un buen puesto en la empresa de su tío—donde actualmente trabaja―, y también le gustaba. Jeongin decidió la educación preescolar, porque bueno, adoraba a los niños. Jeongin trabaja como cajero en una estética, una de las mejores en Seúl, así que la paga era buena.

Hoy era un día muy caluroso, demasiado. Jeongin está sentado en el sillón de su casa, con un bote de helado en sus manos. En el suelo están Jihoon y Yuna. La niña sólo tiene sus calzones puestos y Jihoon un pañal, ellos tienen también un bote de helado y sus bocas y mejillas manchadas. Christopher estaba en el patio trasero haciendo algo que Jeongin desconocía.

—Papi —Yuna habla desde el suelo, limpiándose con su blusa que está tirada a su lado—, donde trabajas pintan cabellos, ¿verdad?

—Mmmh, sí, lo hacen —Jeongin frunce su ceño—. ¿Por qué?

—Es que... quiero que me pinten el mío.

—¿Por qué, corazón? —abre sus brazos y su hija corre hacia ellos. —Tu tienes un cabello muy bonito.

—Pero ni papá ni tú lo tienen. Tampoco Jihoon.

—Tampoco nadie tiene los ojos como Jihoon, ¿o si?

—No, creo que no —niega—. ¿Eso qué tiene que ver?

—Significa que ustedes son especiales, amor.

—¿Eso es bueno? —su nariz, pringada con unas cuántas pecas, se arruga.

—Mucho más que bueno. —le besa la cabeza.

—¡Jihoon, Yuna! —Chris grita desde afuera.

Los dos niños atienden al llamado de su padre, corriendo con sonrisas en sus rostros.

—¡Una piscina! —Yuna abre la boca y Jihoon chilla.

—¡Siiii!— el más pequeño aplaude con sus pegajosas manos.

—¿De dónde la sacaste?

—La robé —se ríe, viendo la cara de sus hijos.

Es una piscina inflable y pequeña, sólo para que ellos dos jugasen ahí. Jeongin sale, sonriendo de ver a sus pequeños felices.

—Mira, papi. Papá nos consiguió una piscina. —Yuna dice, entrando.

—¡Y la robó! —ahora Jihoon entra.

—¿Ah, sí? —alza una ceja hacia el alfa. —¿Para mí no pudiste robar un anillo de diamantes o algo así?

—Poco a poco.

Jeongin se acerca al más alto, besando su mandíbula.

Es verano y están de vacaciones en la Universidad, pero no en sus trabajos, así que lo más cercano al agua sería esto y los niños parecían felices.

—¿Qué haremos para el cumpleaños de Hoonie? —el omega se abraza al alfa, enrollando sus brazos a su torso.

—Podemos decirle a Hyunjin que traiga a los gemelos y ya.

Jeongin asiente.

—Yuna me preguntó si podía pintarse el cabello.

—¿Para qué?, tiene 4 años.

—Dijo que porque nadie lo tenía así, o sea, ninguno de nosotros.

—¿Qué le dijiste? —besa la cabeza de Jeongin, mirando a los niños salpicarse el agua y reírse.

—Que tampoco Jihoon tenía los ojos como los demás y que eso los hacía especiales —se separa de Christopher, mirándole a los ojos—. ¿Algún día le diremos?

—Ya veremos, Innie —besa sus labios y pronto escucha la risa de Jihoon y Yuna, burlándose de ellos.

Chris los moja con la manguera, haciendo que griten por el agua helada.

—¡Papi, ayúdanos! —el niño grita entre risas, sintiendo el agua chocar contra su espalda.

—¡Chris, deja a mis bebés en paz! —Jeongin grita y el pelinegro también lo moja.

—¡Perdiste también! —Yuna grita, riéndose junto a Jihoon.

⚜️

—¿Has sabido algo de Felix y Yedam? —el omega le pregunta al más alto, secando el cabello de su hija, después de haberla bañado junto a Jihoon.

—Creo que se fueron de vacaciones —él está ayudando a su hijo a ponerse el pijama.

—¿Nosotros vamos de vacaciones? —la pelirroja se pone sola su bata.

—No creo, amor. Papá y yo tenemos trabajo —Jeongin la arropa con la sábana hasta la barbilla, por último, besa su frente.

Christopher sube a Jihoon a la cuna, al parecer pronto dejará de usarla. Ahora Jeongin va con su hijo y le besa la frente y Chris hace lo mismo con Yuna.

—¡Buenas noches, bebés! —el castaño dice desde la puerta, apagando las luces.

—Buenas noches, papi —contestan al mismo tiempo con voces adormiladas.

Jeongin comienza a caminar a su habitación, cuando Chris lo toma por la cintura y lo carga.

—Es hora de que los papis —se burla—, se diviertan ahora.

Christopher besa los labios del más bajo rudamente, haciéndolo jadear de sorpresa. Jeongin pone sus brazos en el cuello del alfa.

—Diviértete solito.

—No seas pesado. —se aleja, con el ceño fruncido.

—Oh, tú no seas pesado. —se ríe, trayéndolo de vuelta sobre él. —Ven aquí, y ámame, cariño.

—Ya lo hago.

Vuelve a besar sus labios, ahora con lentitud y disfrutándolo.

—Mi alfa —Jeongin jadea, siendo desvestido del torso.

—Mi omega —Chris dice, mordisqueando la marca del castaño.

𝘃𝗲𝗻 𝗮𝗾𝘂𝗶́, 𝘆 𝗮́𝗺𝗮𝗺𝗲.  ♡ chaninWhere stories live. Discover now