Hana descubre a un chico llorando en la sala de música de su nuevo Instituto.
Aclaraciones:
➹ heterosexual
➹ se narrarán sobre temas sensibles.
INICIADA: OCTUBRE DEL 2020
FINALIZADA: JULIO DEL 2022
Desde ya, se prohíben copias de esta historia, ya...
Hana estaba llegando tarde a clases. Olvidó activar la alarma y siguió durmiendo hasta que su padre la despertó.
---- aahg..no te olvidas las piernas porque las tienes pegadas. - habló Chittaphon desde la cocina, con una cuchara en la boca -
---- y tú no te olvides de pagar el espejo. - dijo la pelinaranja antes de correr fuera de la casa -
El tailandés y el padre de casa estaban mirando la puerta. El más joven con un poco de nervios y el otro confundido.
---- ¿De que espejo habla?
---- a-ah..eso, sí..- sonrió - tengo que contarte algo, pá..
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Hana corría lo más rápido que podía por la vereda, esquivando a señoras y sus mascotas.
No le daría el tiempo para esperar el autobús, le quedaban unos diez minutos y su cuerpo no daba para más.
Con un poco más de esfuerzo, siguió con su carrera y vió el instituto, aunque algo más llamó su atención.
Pudo divisar a un chico sujetando a otro por el brazo.
Si algo tenía Hana, eso era curiosidad y la necesidad de ayudar al otro.
Miró la hora en su celular y supo que no podría entrar a la primera hora. No quedaba de otra que esperar fuera o entrar disimuladamente e ir al baño hasta que tocará el cambio de hora.
Sus pies automáticamente siguieron a los dos alumnos con disimulo.
Ya a una distancia apropiada, escuchó de lo que hablaban:
---- ¿Dónde está tu guardaespaldas, eh? ¿Por qué no está detrás tuya como perrito faldero? Ahg, que asco das, Lee.
Los ojos de Hana se abrieron con sorpresa al poder ver el rostro del intimidado.
---- ¿Déjame, quieres?
---- me debes dinero, idiota. ¿Acaso te voy a dejar ir tan fácil?
---- te dije que el lunes lo traería, todavía no tengo.
---- ¿Me importa? Quiero mi maldito dinero.
---- ¡Te dije que no lo tengo! ¿Cómo voy a darte algo que no tengo?
---- pídele a alguien, tienes amigos con dinero, ¿Por qué me pediste a mi sí después no lo devolverías? ¿Tan desesperado por un poco de efectivo estabas? Eres ridículo.
Hana sentía su sangre hervir. Sus manos estaban hechas puños y su boca estaba a punto de abrirse e insultar de mil maneras diferentes a quien molestaba a Mark.
