Los días pasaban,y ella,aunque estable,sigue sin despertar,según los doctores,pronto lo hará,es cuestión de tiempo.
En Amsterdam,haciendo un set como tantos otros,me dirigí a mi casa.
Por un momento,recuperé la felicidad que ella se llevo. Mi hogar,mi calle,pero todo en cierta manera me recordaba a mi bebé,ya que por estas calles nos besamos,nos abrazamos,nos dábamos la mano,en fin,todo tipo de cosas que los adolescentes,hacen,sí,hasta eso mal pensadas.
—Mamá,Papá,estoy en casa.—Mi padre,salió del salón,con su peculiar caminar.
—Hijo que alegría.—Me abrazó,fue reconfortante,como en los viejos tiempos,cuando apenas era un niño y a su lado me sentía protegido.
Vi a mi hermana,tirarse a mis brazos,sonreí.
—¿Como sigue?—preguntó preocupada.
—Mal—Bajé la mirada,triste.
—Ella es fuerte,ha sobrevivido a ti—dijo,añadiendo un toque de humor a todo el asunto.
—Si,tenemos que hablar.
—Lo sé.
—¿Y mamá?—pregunté.
—Ha salido,estará a punto de llegar.—Asentí.
En el jardín trasero,dónde tantas veces habíamos jugado de pequeños,y ahora,mi hermana,esperando un hijo,yo siendo un Dj,la vida da muchas vueltas.
—He tomado una decisión.
—Bien—dije con la mirada perdida.
—Lo tendré y Robert lo sabrá,pronto,pero ya sabes.
—Las cosas a la cara.
—Exacto,me da igual si lo quiere o no,ha sido un accidente,pero el bebé no tiene la culpa de nada.
—¿Lo saben?—señalé la casa,ella asintió—Podrías venirte,mañana tengo un set con él.
—Vale.
Mi hermana era muy inquieta,en el avión no descansó,y la verdad es que me preocupaba,espera un niño,necesita tranquilidad.
En el club dónde daba mi set,sentí una mano en el hombro.
—Qué pronto has llegado—respondió mi hermano postizo,Robert. Abrí la boca para decir un simple si pero Laura se adelantó.
—Tenemos que hablar—él asintió confundido.
