9. El enigma.

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Dalia

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Dalia

Mi cuarto está asumido en un silencio absoluto, bueno menos por el ruido de los pasos de Marga que van de aquí para allá, ese es el único sonido que se puede escuchar en mi cuarto, un sonido bastante molesto.

Desde que Adrien nos ha recogido de ese siniestro lugar no hemos vuelto a hablar en todo el trayecto, pero luego... Luego está Amber, que parece ida, pero ida de verdad. Es muy extraño verla así, incluso Adrien se ha preocupado por ella, ya que siempre suelen ir hablando, da igual de lo que sea, o incluso simplemente ella lo mira embobado a él, pero esta vez ha sido diferente, no ha hecho nada de eso, parece como si estuviera en un mundo paralelo donde su voz ha desaparecido y solo estuviera la solución en ese mundo.

Cuando hemos llegado a nuestra casa, no hemos dicho nada a nadie y hemos subido directamente a mi cuarto, cosa que ha hecho sospechar a la señora Nubes y a Adrien, por dos simples razones, la primera: no hemos dicho absolutamente ninguna palabra a nadie, cosa ya de por sirara porque solemos entrar gritandonos, pero esta vez no hemos hablado con nadie, ni con la señora Nubes y la segunda: que hemos subido directamente a mi cuarto. No al de Marga o Amber, sino al mío. Así que entiendo que se preocupen, ya que no solemos estar mucho tiempo en una misma habitación juntas y menos en la mía.

Marga sigue dando vueltas por mi habitación murmurando cosas incoherentes y sin apenas vocalizar, por otro lado, tenemos a Amber que está como una estatua encima de mi cama, mirando a un punto de la pared sin pestañear.

-Vale, ¡Basta ya! -digo un poco harta de la situación.

Cuando abro la boca para decir esas tres palabras veo como ambas reaccionan. Marga se detiene en seco cuando me escucha y Amber ya ha dejado de parecer una lunática sin gesticular, a ser una lunática que me está poniendo cara de que me pasa.

-¿Qué? -dice un momento dado Marga después de un silencio breve.

Me pongo de pie, ya que antes estaba en la cama junto a Amber, y me pongo en medio de la habitación, a escasos segundos de explotar. Van a acabar conmigo, eso lo tengo claro.

-¿¡Cómo que qué!? Perdonarme hermanitas, pero cuando mis hermanas pasan de ser medio normales a de otro planeta, pues como comprenderéis me resulta extraño. Tú -señalo con mi dedo a Marga - te has pasado casi veinte minutos dando vueltas y diciendo... ¡Nada! No decías nada y si decías algo, a saber quién te entiende, que hablo un único idioma y no es extraterrestre. Y tú -esta vez señalo a Amber - ¡quieres reaccionar! ¡Grita, llora, haz algo! Lo de no hacer nada es algo más bien mío, no tuyo Amber.

Silencio, eso es lo que hay cuando termino de explotar por la simple razón de que Marga ya me empezaba a molestar y Amber... bueno ella no me molestaba solo que era incómodo que estuviera sin hacer nada, Amber no es así, ella es más de tener salidas como la que acabo de tener, no al revés.

-Perdona por querer encontrar algo lógico en toda esta mierda. -dice Marga siendo la primera en hablar.

-Pues si realmente estabas buscando solución, ¡haber dicho cosas coherentes en vez de balbuceos!- le comentó ante su extraña forma de buscar soluciones.

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⏰ Last updated: Dec 25, 2021 ⏰

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El asesinato de la cuarta florWhere stories live. Discover now