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Capítulo 158: ¿Deberíamos casarnos?

"¿Eh?" Xu Chengyan jadeó con cierta dificultad, y no escuchó lo que el hombre dijo, así que se limitó a frotarse suavemente contra el rostro del hombre.

He Yang permaneció consciente, protegiendo la parte posterior de la cabeza del joven con una mano, las yemas de sus dedos ahondando en su pelo negro mientras preguntaba de nuevo: "¿Deberíamos casarnos?"

Y mientras He Yang lo pedía, los movimientos de sus manos no se detenían.

"He Yang..." Xu Chengyan se exasperó momentáneamente, "¿Cómo has elegido esta vez..."

He Yang dejó caer tranquilamente un beso en los labios del joven y volvió a preguntar: "¿Matrimonio?".

Xu Chengyan, que seguía enterrado en el cuello del hombre, tragó saliva, con la voz entrecortada: "¿Cómo puede alguien hacer una propuesta en este momento..."

"Fue un poco precipitado". He Yang dejó escapar suspiro, ligeramente contenido.

De hecho, era un poco inapropiado proponerlo en este momento.

He Yang le soltó la mano y se levantó ligeramente, desabrochándose lenta y metódicamente la camisa, luego se inclinó y levantó al joven directamente del sillón.

He Yang se acercó a la cabecera y puso al joven en la cama.

La temperatura de la habitación se hacía cada vez más cálida. Los cuerpos calientes se apretaban unos contra otros y lo único que quedaba en la habitación era el sonido de una respiración ambigua.

Y justo cuando la relación amorosa estaba en marcha, Xu Chengyan no pudo resistirse ni un momento y se acercó a la boca del hombre, intercambiando un profundo beso.

Una vez terminada la aventura, Xu Chengyan se apoyó en el pecho de He Yang y sus emociones se calmaron lentamente.

He Yang estaba acostado en la cama, con una mano en la suave espalda del joven acariciándola lentamente, mientras la otra mano tocaba el dedo anular de la mano izquierda.

El dormitorio estaba muy silencioso, con sólo el sonido de su respiración.

He Yang le tocó el dedo anular y, sin volver a sacar el tema de la propuesta, le preguntó: "¿Te ayudo a limpiar?".

"Sí".

He Yang llevó al joven al baño e hizo la limpieza.

Las habilidades de limpieza de He Yang eran cada vez más hábiles. Xu Chengyan no se sintió incómodo en ningún lugar esta vez, fue atendido muy cómodamente.

Después de la limpieza, los dos se cambiaron de ropa y salieron del baño.

La habitación seguía oliendo fuertemente a rosas, y Xu Chengyan siguió el origen del olor para descubrir que el frasco de crema solar se había roto.

Probablemente se debió a que He Yang no había prestado atención cuando le estaba poniendo el aceite hace un momento, y dio la casualidad de que la botella era de cristal, por lo que se había roto enseguida.

Xu Chengyan olió el aroma de la crema solar en el aire y no pudo evitar decirle a He Yang: "Otro desperdicio".

He Yang echó un vistazo a la crema solar que había en el suelo, pero no le dio importancia.

Los dos habían estado dando vueltas en la cama y ahora ya era tarde.

Xu Chengyan no tenía ganas de ir a nadar, así que bajó a buscar algo para comer primero.

Después de comer, los dos salieron a dar un paseo.

La brisa del mar en el exterior era muy agradable, y los dos se tomaron de la mano en silencio y no hablaron, sólo se acompañaron y pasearon por la playa.