una marea en dos mares

Capítulo 6

Resulta difícil dormir profundamente en los días siguientes a ese incidente en particular.

De todos modos, Wei Wuxian siempre había tenido problemas para dormir por las noches, pero se hace casi imposible relajarse ante la paranoia de que alguien con intenciones siniestras sabe cómo encontrarlo, sabe cómo encontrar a Lan Zhan. También a Sizhui.

Lan Wangji lo mantiene cerca durante la noche, con un abrazo protector y envolvente, pero Wei Wuxian sigue sin poder dormir. Cada vez que cierra los ojos, imagina un par de ojos oscuros y alegres brillando desde las sombras. Una o dos veces, se imagina que ve una sombra con forma humana merodeando por las ventanas del jingshi, pero es difícil decir si es el cansancio o sus implacables pensamientos que le juegan una mala pasada. Después de todo, había visto lo suficiente como para que su mente pudiera conjurar casi cualquier horror y hacerlo totalmente creíble.

Lan Wangji se da cuenta, por supuesto. Sus caricias son cada vez más prolongadas, más preocupadas, con besos en las sienes y el cuello de Wei Wuxian a lo largo de los días.

"Lo solucionaremos, Wei Ying", murmura la tercera noche, y Wei Wuxian solo suspira y se pone en puntas de pie para darle un beso en la barbilla.

"Siempre lo hacemos, ¿verdad?", murmura Wei Wuxian, y Lan Wangji dice mn y apoya la barbilla sobre la cabeza de Wei Wuxian, con una mano que sube y baja por la espalda de Wei Wuxian. Lan Wangji es probablemente la persona más confortable del mundo; tiene siempre mucha facilidad para arroparlo, es cálido y sólido y tiene la altura justa para que Wei Wuxian se sienta cobijado por sus abrazos. Parece impensable que Wei Wuxian lo haya encontrado alguna vez rígido o inaccesible.

A veces Wei Wuxian extraña su antigua estatura, sobre todo porque está continuamente en puntas de pie para besar a Lan Zhan y porque es más difícil alcanzar las cosas, pero hoy no es una de ellas. Lan Wangji lo hace sentir pequeño, no de una manera menospreciada, sino como si pudiera ser sostenido por completo. Pequeño como si existiera en este cuerpo, no fuera de él o más allá de él. Lan Wangji nunca lo admitiría, pero Wei Wuxian sabe que él también disfruta de la diferencia de altura; la parte superior de la cabeza de Wei Wuxian es el nivel perfecto para apoyar la barbilla cuando está cocinando o trabajando en algo, y Wei Wuxian sabe que Lan Zhan se siente igual de reconfortado al sostenerlo así que al ser sostenido.

Wei Wuxian entierra su cara en el pecho de Lan Wangji y respira en la cálida oscuridad, el olor familiar y hogareño de él, el constante golpeteo del corazón de Lan Wangji contra su boca. Si alguna vez dejara de latir, también lo haría el suyo, piensa Wei Wuxian, sin proponérselo. Wei Wuxian ama muchos elementos de su vida actual, una satisfacción que había ganado a base de garras, lágrimas y sangre, pero no podría existir en el mundo sin Lan Zhan, ni siquiera por un día. Saberlo debería ser aterrador -y expresarlo sin duda disgustaría a su esposo-, pero es inversamente reconfortante, a su manera. Saber que dondequiera que vaya Lan Zhan, por muy lejos o fuera de su alcance que sea, Wei Wuxian lo seguirá inexorablemente.

Se da cuenta tarde, tras varios minutos más de silencio y sin interrupción, de que tienen público. Wei Ying los mira fijamente desde su asiento en la mesa, con un rostro extrañamente difícil de leer.

¿Cuánto tiempo llevan aquí de pie? se pregunta Wei Wuxian cuando finalmente se aparta; aunque no del todo, sus brazos siguen rodeando la cintura de Lan Wangji.

"Lo siento", le dice a Wei Ying. "Somos grandes abrazadores".

Wei Ying abre la boca como si fuera a responder cuando de repente se oyen tres golpes fuertes y rápidos en la puerta principal del jingshi.

Lan Wangji se pone rígido contra Wei Wuxian a la vez - o tal vez es Wei Wuxian, tal vez son los dos. Ningún discípulo de Lan llamaría así a la puerta. Wei Wuxian piensa en la sombra que había imaginado en la ventana, y retuerce sus dedos en la túnica exterior de Lan Wangji, acercándolo.