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En ocasiones pensamos que tenemos todo el tiempo del mundo, cuando en menos de un parpadeo este puede escapar rápidamente de nuestras manos sin que nos demos cuenta.
Perdemos o ganamos muchas posibilidades, las cuales no sabemos si nuevamente se nos llegarán a presentar en nuestra vida.
¿A qué quiero llegar? Uhm..
...
Ya han pasado cinco largos años en los que se llevó a cabo aquel fatídico día que marcó un antes y un después en la historia de Konoha, aquel día en que el Kyubi apareció misteriosamente en la aldea para formar un caos. Sin embargo, gracias a la intervención de su grande héroe, Minato Namikaze el yondaime Hokage, pudieron salir vivos, tanto él y su misma esposa, lo que resulta increíble sabiendo que invoco a la misma muerte y que su mujer perdió mucha sangre en el parto y luego le extrajeron el bijuu.
Aunque eso no era lo realmente importante, ya que a ellos no les importaba nada más que estar vivos para compartir con sus hijos, agradeciendo infinitamente a los Dioses por brindarles esa oportunidad.
Ojalá todo fuera color de rosa, sin embargo, las cosas no siempre suelen marchar a como se tiene previsto y quizás es en casos el mismo destino jugando sus cartas, aunque a veces de manera muy cruel.
── ❝FLASH BACK❞ ──
Minato se encontraba en su oficina firmando varios papeles, soltando un hondo suspiro al ver que estos parecían no tener fin.
Debido a que el incidente con el Kyubi había dejado varias secuelas y perdidas graves para la aldea, a pesar de que todo ya había pasado hace varios meses, para ser exactos, seis, como Hokage tenía que arreglar varios daños pendientes y cuentas de los cuales se estaban recuperando todavía.
Mientras firmaba papeles, su mirada se dirigió hacia la ventana, encontrándose justo a su maestro, el cual estaba recostado en el marco de esta.
—Tardaste en notarme. —Le dedicó una sonrisa— ¿Cómo has estado?
—Uhm.. mayormente bien. —Suspiró recostandose sobre su asiento y dejando los papeles a un lado— ¿Y túsensei? ¿Qué te trae por aquí?