"La Cualquiera"

Capítulo 3 Simplemente: Como nunca me había enamorado antes...

Su nombre era Erick Cesar, en realidad, ya lo conocía, solía ir en tercer año cuando yo cursaba segundo. En ese momento solo lo veía como un idiota más de la secundaria, no tenía muchas novias, no era muy guapo, pero tengo que confesar que siempre lo miraba cuando pasaba frente a mí, era casi imposible ignorarlo, si yo sabía que más o menos me gustaba, bueno en realidad solo fantaseaba con él.

Como ya sabía que nunca volvería a pasar nada con Gozan, lo olvide y también a Miguel, a Rigoberto, ya no lo veía ni como un amigo, solo como un compañero más, pero no sé si el sentía algo por mí, a Giovanni lo veía casi todo el tiempo, en realidad creo que lo único que me gustaba de él eran sus besos. Así que decidí ya no enamorarme, pero no se puede engañar al corazón, o más bien al cerebro, igual era amor a primera vista.

Pues, como decía, él era un chavo, mayor que yo, era alto, cuerpo ejercitado por su trabajo, claro no era el ejemplo de un cuerpo perfecto, pero era algo aceptable. Comprensible, amistoso, cariñoso, juguetón, amable, era normal, a comparación de otras personas, no sabía con exactitud si tuvo novias pero, bueno no creo.

Nunca olvidare la primera ves que hablamos, fue algo tan "extraño", por así decirlo, creo que él ya sabía que me gustaba. Era verano yo disfrutaba mis vacaciones, por que pronto regresaría a estudiar el 3º y último año de la secundaria, cuando una tarde me llego un mensaje de un desconocido, no sé cómo allá conseguido mi número, pero desde que comenzó la plática se comportó como todo un caballero de buenas intenciones, le pregunte quien era y me contesto:

-Pues, mira, soy uno de los que más odiados de la escuela, creo que tú y yo no nos llevamos muy bien.-

Como comprenderás ese, mensaje no me daba muchas pistas, tenía muchos enemigos en la escuela.

-No pues así si, dime tu nombre.-

Escribí en un tono burlón.

-Bueno mi nombre es Erick e iba contigo en la misma escuela, pero yo ya Salí, ¿me recuerdas?-

Mi corazón se paralizo, era el, Erick el tipo que no me bajaba de p*ta, el que junto con sus amigos me ofendían, ese mismo, con el que a veces fantaseaba, no lo podía creer.

No sabía si desconectarme del chat, o tratar de remediar las cosas con él.

-A, ya, ya sé quién eres, bueno y ¿ahora que te da por hablarme bien?-

-Pues, solo te quería pedir una disculpa por todo lo mala onda que fui contigo.-

Porque todos, me insultan, me dicen cosas horribles, me tachan de p*ta, y después quieren ser amables conmigo, no me podía quedar como una débil, así que me hice del rogar.

-Pues, mira, no, porque cuando tú me insultabas yo sentía horrible, ahora dejare que la culpa, y el karma se encarguen de ti.-

Si, por primera vez en la vida, me sentí poderosa, me sentí como, en una de esas películas de acción en donde los buenos siempre ganan, como mi mamá cuando me prohibía comprarme las faldas cortas que estaban de moda, me sentí así, como Dios, ok no tanto, pero creo que ya me entendió.

-Vamos Amanda, yo quiero que me perdones, de verdad, estoy muy arrepentido por todo lo que hice, no quiero que terminemos así, ¿podemos ser amigos?-

Me sentí, no sé cómo, la verdad me conmueve mucho, ver cuando un hombre esta de verdad arrepentido, así que:

-Bueno, te perdono, pero no creo que podamos ser amigos, la verdad siento mucho coraje hacia ti.-

-Por favor, dame una oportunidad, yo sé que nos podemos llevar muy bien.-