|Prólogo|

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🍎✨

El pueblo celebraba que ambos jóvenes príncipes se presentaron ante ellos como dos bellos Omegas.

Pero uno de ellos simplemente no quería ser un Omega.

El joven Son Dongmyeong sentía envidia de su pequeño gemelo, Son Dongju. Pese a que ambos tenían el mismo amor por parte de la servidumbre, del pueblo y de sus amorosos padres, Dongmyeong se sentía opacado por la belleza de su gemelo, por su bonita personalidad, por simplemente ser lo que él no podía.

Él veía en Dongju un aura sumamente pura y atractiva, eso simplemente lo hacía sentir inseguro y todo aquello se confirmaba cuando jóvenes y apuestos Alfas lo ignoraban y se iban directamente a por su hermanito.

Una de esas noches, entre galas y banquetes del enorme palacio real, el joven Omega corrió despavorido entre los oscuros y desolados pasillos, entre lágrimas frías que caían sin control sobre sus mejillas y el viento helado golpeando delicadamente su rostro.

Otra vez había sido rechazado por un Alfa.

Y todo por haber sido nuevamente la sombra de su querido y amado gemelo. Dongmyeong quería llegar a amar a Dongju tanto como el resto, pero todos los contratiempos creaban en su corazón envidia y odio. Quería comprender cómo es que su hermano podía cautivar a todos, quería tomar el puesto de su gemelo.

Pero sería prácticamente lo mismo, si se pensaba de todas maneras.

Aunque pidiese ser Dongju, su hermano simplemente mostraría ese brillo característico, el simple destino jugaría en su contra como un karma.

Por ello debía ser más fuerte que ambas cosas.

Así que corrió hasta llegar a un pasaje escondido entre los muros más inhabitados del palacio, tropezando accidentalmente con algunos implementos químicos que los doctores reales anteriores depositaron y olvidaron con el tiempo.

Entre la oscuridad del lugar algo particular llamó su atención, se trataba de algo antinatural que colgaba tras unas desgastadas telas de color beige. Sin dudarlo mucho jaló de las telas y estas sacudieron el polvo yacido en el suelo de piedra, ante los ojos del joven Omega se encontraba un enorme espejo, el cual pareció despertar al tan solo sentir la presencia del chico.

El Omega cayó de espaldas, asombrado y asustado por lo que veían sus ojos.

—Veo que me ha encontrado, joven príncipe—Habló el ser dentro del cristal con voz profunda, casi ronca.

—¿Q-Quién eres?—Preguntó, poniéndose a la defensiva mientras veía el objeto con el ceño fruncido, levantándose del suelo y quitándose un poco del polvo caído en sus prendas—¿Una especie de espejo mágico?

—Así es, su majestad.

—¿Qué hace un objeto de tan preciado valor y poder en un lugar tan lúgubre como este?—Cuestionó, claramente sorprendido.

—La magia ha perdido su fuerza desde generaciones pasadas, sin embargo, explicarle a su joven mente no ha de ser necesario. Soy un sirviente, un esclavo atrapado entre el cristal, pero a sus órdenes siempre voy a estar. Usted que es un hermoso Omega, he sentido desde su corazón una profunda tristeza, sus lágrimas son solamente la prueba de que algo perturba su alma entera.

—He de imaginar que has sabido todo con solo ver el dolor que despecho, pero así es, espejo mágico. He luchado tanto para solo conseguir bajos y caídas sin esperar nada a cambio, pero no es lo que busco ni lo que deseo.

—¿Busca su majestad cumplir algún deseo?

—Lo has dicho ¿No es verdad? Tras el paso de las generaciones la magia y su validez ya importancia no dan más, ¿Qué ventaja tendría ahora pedir un deseo que jamás llegará?

—Mi poder sigue presente, nunca su fuente acabará, ciertamente ya no hay magia en este mundo actual, si su majestad me lo permite, su corazón buscaré curar, solamente debe pedirme un deseo nada más.

Dongmyeong desvío la mirada de la del particular rostro en el espejo y miró hacia la oscuridad, pensando seriamente en cómo debería de actuar y qué debería de decir al respecto. Tenía frente a él la oportunidad que buscaba, solo debía buscar la salida más rápida a un futuro donde no fuese menos que su gemelo.

—¿Cuánto es el costo?—Preguntó con firmeza—Esclavo del espejo, con sinceridad buscaré en tu saber, si a tu propuesta he accedido, dime a qué me enfrentaré.

—Yo no pido riquezas, ni almas, mi señor, yo solamente busco ser un fiel servidor. Su confiar en mí puede depositar ciegamente, pues no soy un demonio que juegue con los sentimientos de la gente—El Omega dirigió su profunda mirada al espejo, considerando las palabras del ser que vivía allí dentro—Pero una cosa importante ha de usted saber. Solo un deseo puede obtener, al finalizar su palabra, solo mi lealtad y mis consejos por el resto de sus días le van a ceder.

—Un Alfa, deseo ser—Le habló al espejo luego de unos minutos en medio del silencio—Que sus memorias de este Omega se borren como el viento que ahora sopla y no lo ven. Obteniendo poder que por mis acciones he de merecer.

El espejo dio un profundo suspiro, un tanto desdichado por la oscuridad que empezó a rodear el corazón puro y cautivador del joven Omega, uno el cual por sus inseguridades nunca llegó a ser capaz de ver. El ser le asintió al joven frente a él, volviendo a retomar las palabras que dejó en desdén.

—Para cuando llegue el amanecer y la luna le ceda el paso a los primeros rayos del sol. Su poder como Alfa utilizará a su favor.

Como si esas simples palabras lo fueran todo para él, Dongmyeong sonrió satisfecho, retirándose del lugar y despidiéndose momentáneamente del mágico espejo que encontró en medio de su desesperación. Dirigiéndose a sus aposentos, ignorando las miradas curiosas de los invitados y de la servidumbre.

Incluso ignoró a su curioso hermano por el resto del evento.

Incluso ignoró a su curioso hermano por el resto del evento

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WISH ღ ᴸᵉᵉᵒⁿWhere stories live. Discover now