🦋Mariposa Traicionera 🦋

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Era una mañana fría y gris; el ambiente solo traía nostalgia y tristeza mientras el matrimonio Mijares Lascurain discutía a cerca de lo que sería el final de su vida matrimonial. Mayte una mujer dedicada a su hogar desde aquella tarde frente al mar donde prometía hacer perdurar su matrimonio y Manuel un excepcional abogado, decidido a ser el mejor de México, aunque debido a eso descuidara su relación.

Mayte: No puedes solo irte y dejarme como si nada, te necesito –dijo mientras lo veía empacar en su maleta casi veinte años de matrimonio-

Manuel: Ya no aguanto más ¿No te das cuenta de la manera en que me asfixia seguir contigo? –suspiró-

Mayte: ¿Hay alguien más? –preguntó seria- Es eso, tienes a alguien más seguramente –reclamó-

Manuel: No seas ridícula Mayte; si me voy es por ti, porque ya no aguanto vivir esta vida tan insípida a tu lado –excusó mientras recogía unos papeles de su cómoda-

Mayte: He vivido veinte años dedicándote mi tiempo, mi amor y todo de mí, he sido tu fuerza cuando has estado a punto de caer, me quedé contigo cuando todos se fueron y a pesar de que no lo merezco; vivo siendo tu sombra para que no sientas que te desplazo ante los demás, necesito más que esta una explicación absurda de que ya no me amas. Mírame a los ojos y dímelo de frente –gritó mientras lo jalaba del hombro haciéndolo voltear hacia ella- Mírame y dime que ya no me amas, ¡Anda cobarde! –gritó nuevamente-

Manuel: Ya no te amo Mayte –Contestó mientras le quitaba la mano que tenía sobre sí bruscamente- Y no quiero hacer esto de esta manera, pero viendo como estas, toma necesito que los firmes –dijo mientras le pasaba los papeles que minutos antes había sacado del cajón- Quédate con la casa; la mereces por estos años a mi lado. No tuvimos hijos –suspiró- así que no tendremos pleitos legales.

Mayte: ¿Cómo te atreves? –reclamó- Que estúpida soy –dijo mientras se reía sarcásticamente- Ya lo tenías todo bien planeado –sollozó- bien, ¿Quieres irte? –volvió a hablar y mientras lo hacía iba por una pluma a su escritorio- Pues vete, pero si te vas; espero que no vuelvas nunca y claro que me quedo con la casa porque es lo mínimo que merezco por aguantar a un imbécil como tú –entonces con rabia y sin pensar tomó los papeles y los firmó- ¿Qué esperas? Lárgate o llamaré a seguridad. –gritó una vez más-

Manuel: Aun no termino de recoger mis cosas –alzó la voz- y esta sigue siendo mi casa.

Mayte: Me vale un comino, se supone que tienes dinero para comprarte el mundo ¿No? Dinero que tienes gracias a mí, pero claro el gran abogado Mijares siempre quiere más y más –Exclamó-

Manuel: No me hables así, todo lo que tengo y lo que tienes es por mi trabajo –Recriminó-

Mayte: Trabajas en la empresa de mi papá ¿Qué esperabas? Eras un pobre diablo cuando te conocí, ¿Lo olvidas? Pero por supuesto que te has olvidado de la vida tan miserable que tenías –se contestó a si misma-

Manuel: Cállate Mayte, te recuerdo que de no ser por mí la empresa se hubiese ido a la quiebra. ¿Cómo no? Si tú no sabes absolutamente nada de su manejo, solo gastas el dinero; eso es fácil querida. –contestó-

Mayte: Lárgate imbécil –gritó mientras tomaba un florero y lo arrojaba a un costado de él. -

Manuel: Estas loca Mayte, completamente loca –decía mientras salía de la recamara y bajaba las escaleras-

Mayte: Lárgate Péndejo –gritaba detrás de él- Ya es suficiente show para una porquería como tú.

Manuel: Hasta nunca –se despedía y abría la puerta para salir- Ahhh y Mayte, hazme un favor –dijo mientras sacaba su argolla de matrimonio y se la aventaba al suelo- Véndela, quédatela o relácela a quien la necesite, haz lo que quieras. Me da igual –Entonces cerró la puerta de golpe y se marchó-

HISTORIAS MAYNELWhere stories live. Discover now