EXTRA 02 FÓSFOROS: PODER.

4.6K 569 180
                                    

PODER.

El poder siempre ha estado de su lado, sabe lo que hace, sabe lo que vale, sabe lo que posee y sabe las capacidades que tiene, todo a su alcance para destruir lo que sea que se atraviese en su camino.

Sabe que con una simple orden logra hacer doblegar a quien se lo proponga, sabe que con una simple palabra todos terminan cediendo ante él, el poder que lleva en sus venas desde antes de nacer es aquel mismo que lo mantiene en la cima.

Soberbio y prepotente, arrogante y prejuicioso.

Un demonio con cara de ángel.

Él está acostumbrado a que las cosas sean siempre como él las impone, nadie lo desobedece, nadie le lleva la contraria, nadie se opone a sus órdenes y nadie jamás se atreve a desafiarlo.

Pero, siempre hay una primera vez para todo.

Ella no sabe en lo que se mete cuando decide enfrentar al demonio, ella no sabe que con solo una mirada logra quedar marcada para siempre.

Ella jamás piensa en las consecuencias de sus actos, jamás mide sus palabras, jamás cede ante nadie.

Ambos son iguales, ambos quieren el poder y permanecer en la cima, sin saber que solo uno está destinado a mantenerse en el poder.

°°°°°°

Sicilia, Italia.

Junio, 08.

—No tengo el cargamento —el hombre frente a mí susurra con temor.

—¿Por qué? —pregunto entre dientes, el enojo comienza a colarse y activarse en mi interior.

—Lo perdí —responde con voz temblorosa.

—¿Lo perdiste? —pregunto con sorna, saco mi arma y presiono el cañón de esta en su frente.

—Lo siento, señor —baja la mirada.

—Tus disculpas de mierda no me sirven de nada —suelto mientras quito el seguro de mi arma.

Miro al resto de mis hombres que yacen en sus posiciones alrededor del almacén, no dicen nada y solo esperan cualquier indicación de mi parte.

—Tráiganla —ordeno y dos de mis hombres asienten mientras salen de aquí para después regresar, mis ojos van hasta la mujer que grita y llora mientras intenta soltarse del agarre de mi gente.

—Keiko —susurra el hombre frente a mí.

La mujer de cabellera castaña mira al hombre que está de rodillas y con mi arma entre su frente.

—Papá —susurra ella también, sus ojos avellana recaen en mí— Damon.

—Tu padre vendió mi cargamento, amore —suelto mirando a la mujer que me mira de igual manera—, traicionó hace meses a La Bratva dándole las coordenadas de Neela y Aspen —miro de nuevo a la castaña—, gracias a él es que el prometido de Neela murió.

Mi prometida mira a su padre ante mí, comienza a negar con la cabeza.

—¿Lo hiciste? —susurra ella mirando a su progenitor—, ¿nos traicionaste?

—No tenía elección, Keiko —ella responde—, no la había.

Keiko Tanaka me mira, sé que sus ojos piden que no lo haga, pero, por primera vez en todo el tiempo que llevamos juntos, no estoy dispuesto a obedecerla.

—No —la miro—, le di más de una oportunidad —continúo—, soy il capo di tutti capi.

—Damon... —susurra ella, algunas lágrimas comienzan a bajar por sus ojos.

ExtrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora