𝐝𝐨𝐜𝐞

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A la mañana siguiente era muy temprano cuando Gemma fue a recoger a Luca, ni bien había salido el sol del todo, ella ya estaba con su cachorro en brazos despidiéndose de Louis, que fue el que despertó para entregárselo.

Afortunadamente el pequeño golpe que el bebé tenía en su frente ya no se notaba, así que sería una anécdota para después.

Subió de nuevo a la habitación de Harry, donde su omega estaba dormido en su cama y al lado el huequito donde antes habían estado el y el bebé de Gemma dormidos.

Tomó al omega en brazos que se aferro a su cuello, y lo llevó a su nido, por el cual estaba queriendo dormir ahí desde la noche anterior, pero no cabían los tres, así que terminaron en su cama, dormidos después de un exhaustivo día.

Lo dejó suavemente y le beso la punta de la nariz fría y cuando quiso separarse el omega lo aferró aún más a él, haciendo que Louis se recostara a su lado y los cobijara a ambos.

— Alfa — Habló Harry entre su cuello, adormilado — Quiero galletas.

— Amor, es muy temprano aún.

— Y un té calientito — Lo ignoró.

Louis lo abrazo por la cintura y entrelazo sus piernas con las de él, aún estaban con la ropa del día anterior por lo que sus jeans eran un poco estorbosos, pero no le importó.

— Deberías dormir un poco más antes de ir a la escuela.

Harry negó y soltó un suspiró, aún sin abrir los ojos.

— No quiero ir.

— Tenemos que ir Hazz, es viernes.

— Pero no quiero — Se quejó — Hay que quedarnos aquí.

Harry respiro en su cuello y le dio un escalofrío en el cuerpo.

— Por favor — Pidió el omega una vez más.

Louis se rindió y asintió.

— Bien, pero aún no comerás galletas. Duerme.

Louis le acarició el cabello, buscando la manera de dormirlo de nuevo, pero su omega era muy persistente.

— ¿Y pan tostado? Hay mermelada de fresa en la alacena.

Louis le puso una mano sobre el rostro, manteniendo los ojos del omega cerrados.

— Duérmete, Hazz.

Sintió la sonrisa del menor bajo su mano y el cerro los ojos, no quería acceder tan fácil a lo que su omega le pedía, aunque para ser sinceros, ya había aceptado no ir a la escuela y no tardaría en decirle si a todo.

— ¿Y ni un besito chiquito? — Le retiró la mano de su rostro.

Louis fingió no haberlo oído y mantuvo sus ojos cerrados. Luego empezó a sentir los suaves labios del omega sobre los suyos, dando cortos y rápidos besos que después pasaron a su mejilla.

— Alfa... Lou. — Volvió a besarlo, esta vez, sacudiéndole el hombro.

Louis gruñó.

— Dijiste que querías quedarte aquí, omega, ahora nos quedaremos aquí.

Tomo las manos del rizado y las escondió entre sus pecho pegados, abrazándolo de nuevo y así, dejándolo inmóvil.

— Pero Alfa...

— Un ratito — Pidió Louis — Hay que dormir solo un rato y luego yo te llevo a comprar un pay, ¿Hecho?

— Bien.

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