𝐧𝐮𝐞𝐯𝐞

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Tres días.

Tres días sin ver a Harry habían sido una tortura. Pero ahora estaba recuperándose de su repentino celo y en cuanto despertó, lo primero que hizo fue enviarle un mensaje de texto a su rizado.

Hazzie??

Lou! Como te sientes? :( te extraño.

Estoy mejor bonito, quieres venir a mi casa? Hay pan calientito;)

Tonto, quiero ir a verte. Iré en un rato<3

Te espero, la puerta está abierta.

Dejó su celular después del mensaje y se levantó de la cama, estirando su cuerpo y tomando aire, habían sido tres días muy pesados.

Miró el desastre que era su cama e hizo una mueca, quitando todas las sábanas de un jalón, entre ellas, salió volando la sudadera de Harry, la cual recogió de inmediato y la apretó entre sus manos, llevándola a su nariz y respirando profundo.

Sonrió, su omega era el mejor.

Le había ayudado bastante tener su olor cerca, y sin duda, no fue tan malo como anteriores veces.

Puso sábanas nuevas y las sucias las llevó a la lavadora, luego las lavaría.

Entró a su pequeño baño de la habitación y se dio una larga y relajante ducha, quitando los restos de sudor y destensando sus músculos, cuando salió se sentía como nuevo.

Se puso solo unos shorts y se acercó a la ventana, secándose el cabello con una toalla, sonrió cuando vio a Harry salir de su casa y cruzar la calle en pijama, escucho la puerta de entrada ser abierta y luego movimientos en la cocina.

No debí haberle dicho sobre el pan, Pensó.

Hubo unos segundos de silencio y frunció el ceño, dejando de lado la toalla, luego escucho correteos por toda la sala y pisadas fuertes en las escaleras.

Harry entró a la habitación corriendo y agitado, cerrando la puerta de la habitación y recargándose en ella, traía un trozo de pan de vainilla en la mano y la otra estaba sobre su pecho.

Entendió lo que pasaba cuando al otro lado se escucharon los rasguños y ladridos de Clifford.

— Louis, el — tu perro me correteo por la sala — Hablo, con el labio temblando.

Louis apretó los labios para no dejar salir una carcajada.

— Oh, mi bebé, ven aquí.

Harry se acercó de inmediato y lo abrazo por el torso, sollozando un poco, Louis respiro profundo y al no aguantar más soltó una risa. Harry lo miró mal.

— ¡No es gracioso! Casi me mata del susto — Se separó de él y se dio la vuelta limpiando sus lágrimas.

— Hazz, el solo está jugando — Lo giro y vio un puchero en sus labios, ahí dejó de reír.

— No quiero jugar con el, me da miedo.

Louis le dio un besito en donde se formaba el puchero y luego lo abrazo.

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