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𝐨𝐜𝐡𝐨

Harry estaba bajando del autobús en la parada cerca de la escuela, había amanecido de buen humor y muy alegre, incluso había despertado más temprano para prepararle unos muffins a Louis, pero todo se fue abajo cuando el alfa no apareció fuera de su casa para llevarlo a la escuela, tampoco había abierto la puerta de su casa, y mucho menos respondido el teléfono.

Tenía su mente llena de pensamientos tristes, preguntándose si había hecho algo mal, o tal vez si estaba enojado con él, pero no llegaba a nada, ahora estaba triste, y desprendía un olor opaco.

Vio a su mejor amiga cerca de la entrada y ella alzó la mano para que la ubicara, se acercó a ella.

— Hola — Dijo con una voz baja, que incluso a Bridgett le pareció raro.

— ¿Que te pasa ricitos? Estas muy apachurradito — Le pellizcó una mejilla y Harry soltó una respiración pesada.

— No he visto a Louis — Respondió, con la voz baja y entrecortada.

— Oh — Masculló la alfa — ¿Que ha pasado?

Harry levantó la mirada, tenía sus mejillas rojas y los ojos algo irritados por el llanto que estaba conteniendo.

— ¡No lo sé! — Dijo exasperado — No salió hoy de su casa, y tampoco responde mis llamadas.

Bridgett le sobó la espalda, intentando tranquilizarlo.

— Estoy preocupado, no quiero que le pase nada — Cubrió su rostro con sus manos y empezó a llorar de verdad.

— No Hazz, ven aquí — La alfa lo abrazó y dejo salir feromonas tranquilizadoras, pero no funcionaron, Harry seguía llorando e hipando por la repentina ausencia de su alfa, lo necesitaba tanto.

— Tranquilo Harry, debe haber alguna explicación, tal vez saliendo de la escuela esté aquí o te llame al rato. Vamos a clase ¿Si? Prometo invitarte yo el postre en el receso.

Harry se limpió las lágrimas, y aún sollozando un poco asintió, ambos fueron a sus salones.

Pero Louis tampoco lo llamó, y no apareció por el en la salida, para entonces, Harry ya había pensado en todo lo que le hubiera podido pasar, pero cada opción lo hacía llorar aún mas.

Llegó a casa temprano, saltándose un par de clases y agradeciendo que sus padres no estuvieran en casa y se dieran cuenta de eso. Se asomaba repentinas veces por su ventana hacia la casa de Louis pero no se veía movimiento alguno.

Movió su teléfono entre sus manos, dudoso a llamarlo otra vez, pero la angustia podía mas con el, así que lo hizo.

Uno, dos, tres, y al cuarto tono, respondió.

— Omega — Habló al otro lado de la línea, su voz era rasposa y mas grave de lo usual, también se escuchaba agitado.

— ¿L-Lou? — Titubeó — ¿Estás bien?

Hubo movimiento del otro lado y después un gruñido.

— Lo siento cariño, n-no pude avisarte.

Harry mordía sus uñas, y sentía una presión en el pecho.

— ¿Que pasa? ¿Estás en casa? Iré Alfa, dime dónde estás.

— Tranquilo omega, estoy bien... Mi, mi celo se adelantó unos días.

Harry se quedó sin habla. De verdad, ¿De todo lo que había pensado, jamás se le ocurrió eso?

— Oh — Fue lo único que atinó a decir.

— Omega...

— ¿Estas bien? ¿Estás... — Su voz tembló un poco — ... estás con alguien?

— ¿Que? No cariño — Se escuchó un gruñido y luego un jadeo — Estoy en casa, creo que... he tenido mi minuto de consciencia.

Harry suspiró mas aliviado, y sus sentidos despertaron de inmediato al escuchar a su alfa así.

— Tu quieres... digo, podría ir y... uhm, ayudarte — Ofreció, tembloroso.

No escuchó la voz del alfa responderle con claridad, solo simples alaridos y carraspeos.

— No Omega — Respondió al cabo de unos segundos — Estoy bien.

Harry se sintió un poco decepcionado ¿No le gustaba en ese aspecto?

— Y antes que digas algo — Continuó el alfa — no quiero que la primera vez sea así ¿Entiendes? — Le dijo con un tono juguetón, dios lo iba a matar.

Harry se sonrojó y asintió, luego se dio cuenta que Louis no podía verlo y respondió.

— S-si, si alfa.

— Uhm, sígueme llamando Alfa, pequeño.

El rizado tapó su boca y sonrió, luego se mordió el labio inferior.

— Alfa.

Louis gruñó al otro lado de la línea y luego su respiración se volvió más agitada.

— Ha-Hazz, te llamaré luego pequeño ¿Bien?

— Bien alfa... Te quiero.

— Y yo a ti.

La línea se cortó y Harry subió a la habitación de sus padres para asomarse por la ventana, que era la que daba a la habitación de Louis. Sus cortinas estaban cerradas, así que no podía ver nada del alfa.

Suspiro y volvió a bajar, decidió hacerse un poco de chocolate caliente para beberlo y comerlo con los muffins que había preparado en la mañana para Louis. Escucho un auto afuera, y cuando se asomó, vio a la señora Jay estacionándose. Luego se le ocurrió algo.

Subió corriendo a su habitación y rebusco en su armario hasta que encontró una sudadera rosa, la cual le pareció perfecta, así que empezo a pasarla por todo su cuello, donde desprendía su aroma, luego cuando se aseguró que oliera bastante a él, bajo a la cocina y busco un termo para vaciar algo del chocolate, luego en un tupper puso dos muffins de los más grandes.

Tomó un papel y una pluma y escribió:

Espero te ayude Alfa, te quiero mucho muchooo.

— Harry♡

Salió corriendo con las cosas en mano y vio a la mamá de Louis abriendo la puerta.

— ¡Señora Tomlinson! — Le grito, y ella se dio la vuelta.

— Harry, Hola cariño ¿No deberías estar en la escuela?

— Si, lo sé. Solo que... Louis me dijo por qué no ha podido verme entonces quería pedirle si puede darle esto.

Le extendió la sudadera doblada con el tupper y el termo encima, Jay las tomó.

— Claro Harry, yo se lo daré, muchas gracias. — Le sonrió y el rizado asintió satisfecho, volviendo a casa.