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Capítulo 12: Pedir un beso

Sólo con escuchar la voz del hombre, Xu Chengyan podía imaginar lo amable que sería la mirada del señor He...

Qué bien.

Xu Chengyan cerró los ojos y se obligó a calmarse.

Pero la buena noticia es que los dos hombres no permanecieron mucho tiempo en la sala.

Como el joven maestro tenía que someterse a un chequeo, el señor tomó al joven maestro y se fue primero.

Xu Chengyan escuchó el sonido de los pasos hasta que los dos hombres se alejaron, y entonces dejó escapar un suspiro de alivio.

Xu Chengyan se acercó a la cabecera de la cama, tomó el ungüento desenvuelto y ayudó a Jiang Lin a aplicarse la medicina en el brazo, en silencio.

Jiang Lin vio a Xu Chengyan así, y por un momento tuvo sentimientos encontrados.

"Cuñada, mi hermano él y Shen Xiuzhu..." Jiang Lin hizo una pausa por un momento, "son sólo amigos..."

Jiang Lin intentó consolar a Xu Chengyan, pero él mismo no tenía mucha fuerza.

Después de todo, Shen Xiuzhu era demasiado especial para su hermano.

"Sí". Xu Chengyan apenas logró esbozar una sonrisa en su rostro: "Primero descansa bien".

Jiang Lin no pudo evitar decir: "Cuñada, ¿por qué no vuelves tú primero?".

"Está bien". Xu Chengyan bajó la cabeza y continuó aplicando la medicina: "Estoy bien de todos modos, sólo te hago compañía".

"Creo que me levantaré tarde, no hace falta que me acompañes". Jiang Lin se apresuró a decir: "Me quedaré solo".

Cuando Xu Chengyan vio la insistencia de Jiang Lin, no pudo decir nada más, así que aceptó.

Después de ayudar a Jiang Lin a aplicarse la pomada en la cara, Xu Chengyan se levantó, recogió sus cosas y volvió solo.

Cuando volvió a su hogar, Xu Chengyan se duchó y se tumbó en su cama.

Pero Xu Chengyan no sentía el menor sueño y, con los ojos abiertos, su mente repetía una y otra vez los acontecimientos de la noche en el hospital.

No fue hasta las dos de la mañana cuando Xu Chengyan oyó un alboroto en la puerta, era el señor He que había regresado.

He Yang volvió a su habitación y no encendió la luz, se quitó la chaqueta y la colocó en el sofá.

En el dormitorio, poco iluminado, sólo había luz del pasillo exterior.

Xu Chengyan miró a la figura borrosa junto a la cama y de repente gritó: "Señor".

Los movimientos de He Yang se detuvieron, miró hacia la cama y preguntó con un hilo de voz: "¿Por qué sigues despierto?".

"El señor no está aquí, no está dormido". Xu Chengyan se levantó, encendió la lámpara de la mesita de noche y dijo en voz baja: "El señor ha vuelto muy tarde".

"Hubo un retraso en el examen del hospital". He Yang bajó la mirada y se aflojó la corbata, preguntando: "¿Cómo está Jiang Lin?"

"Volví antes, debería estar todavía en el hospital". Xu Chengyan se adelantó y ayudó al hombre a desatar su corbata.

Los dos estaban tan cerca que Xu Chengyan aún podía oler el aliento del hombre cayendo en el lado de su cara, haciéndole un poco de cosquillas.

Además, como estaban tan cerca, Xu Chengyan olió el familiar y frío aroma de...

Bosque de la temporada de nieve.

Xu Chengyan desató la corbata y estaba a punto de colocarla sobre la mesa cuando le agarraron la muñeca.

"¿Señor?" Xu Chengyan levantó la cabeza y se encontró con un par de ojos oscuros y profundos.

El hombre no emitió ningún sonido, pero Xu Chengyan había comprendido lo que quería decir.

Había seguido al señor durante cinco años, y a veces le bastaba una mirada para saber qué quería hacer.

Mientras He Yang sujetaba la mano del joven con una mano, la otra le desabrochaba lentamente la camisa y le presionaba lentamente sobre la cama.

La camisa fue arrojada al suelo, y He Yang ató una corbata alrededor de los ojos del joven.

Xu Chengyan se tumbó de espaldas y sintió cómo los besos se deslizaban por su cuello.

En la oscuridad, los sentidos se magnificaron.

Se quitaron la ropa y se abrazaron los cuerpos calientes.

Xu Chengyan se aferró al hombre que tenía encima, igualando sus movimientos.

Sólo cuando estaba en la cama podía sentir toda la atención del hombre sobre él.

Con los ojos cerrados, Xu Chengyan bajó la cabeza y mordió con fuerza el hombro del hombre, dejando marcas de mordiscos.

Y en el calor del momento, Xu Chengyan no pudo resistirse más. Se quitó la corbata de los ojos y se preparó ligeramente para acercarse y exigir un beso.

Sólo que justo cuando Xu Chengyan tocó los labios del hombre, éste giró la cabeza hacia un lado y evitó el beso.

El cuerpo de Xu Chengyang se puso rígido de repente, "Lo siento, señor..."

El hombre no dijo nada, sólo cambió a la persona en sus brazos a una posición diferente.

Xu Chengyan estaba tumbado de espaldas, con las yemas de los dedos estrujando las sábanas que tenía debajo en una bola arrugada.

Simplemente, no pudo evitarlo.

Quería besar al señor.