Mi niño en la Luna

𝓜𝓲 𝓷𝓲𝓷-𝓸 𝓮𝓷 𝓵𝓪 𝓛𝓾𝓷𝓪☯

Han sido 144 largas y gélidas noches las que he pasado pensando en el "hubiera". Sin ningún rastro de tí, sólo un anuncio en televisión que da la noticia de que tu nave explotó en el trayecto a la luna. Y a pesar de todo, sigo aquí, esperando a que entres por esa puerta para gritar con euforia que tenía razón, que la espera valió la pena porque volvemos a estar juntos. Sueño cada día contigo, porque por las noches no puedo conciliar el sueño; y por más que lo intenté al principio, olvidarte nunca se me dió. Ahora el tiempo pasa, y la gente susurra cosas de mí, se pregunta: "¿Cómo este pobre muchacho puede seguir esperando a aquel chico que no está más que muerto?", "Es un idiota por pensar en que su adorado novio puede regresar por arte de magia", "Es inútil esperar más, va a vivir su vida en desdicha por su ingenuidad". Y no soy ingenuo, ni idiota, sé que no vas a volver, pero si lo reafirmo a mis adentros sé que no podré soportarlo, y caeré en un profundo abismo del cual no habrá salida. No quiero creer que te has ido para siempre porque sino, no tendré a nada más que aferrarme. No quiero creer que pensaste en mí tus últimos segundos porque sé que mi llamado no cesaría. No quiero creer en ese audio que mandaste tus últimos minutos, diciendo lo mucho que me amabas, y que me encontrarías en nuestra próxima vida, porque sé que cada pedazo de mí se rompería más de lo que ya está. Tengo miedo de creer, porque sé que si lo hago, voy a contigo hasta donde sea que estés.
No quiero sentir más. Quiero olvidar para que deje de doler, pero sé que no sería capaz de borrarte, porque cada cosa que hiciste me lleno en plenitud, y no soy capaz de botar a la basura tu amor incondicional.
Te amo. No hay más ni menos. Te amo. Te amo. Te amo. Y me duele incluso el gritarlo a los cielos, implorando que te devuelvan a mí, más mis plegarias no son escuchadas, y el dolor permanece.
Cada día se vuelve más pesado vivir.
Mi niño en la luna me espera, y voy a seguirlo hasta la infinidad, como alguna vez nos prometimos en aquel oscuro callejón iluminado por nuestro calor.
No hay más que decir. Lo seguiré hasta que nuestras almas se cansen de correr, juntaremos nuestras manos y frentes, con sonrisas cautivantes hasta para las estrellas, y sellaremos el momento con un beso.
Miro al cielo, y veo a esa estrella que me dice que me esperas ahí.
Estoy a punto de llegar contigo, mi niño.