Un día en Port Angeles

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Bella pov.

¿Cita? Debí de escuchar mal, no se suponía que era solo una salida de amigos; él no puede querer una cita conmigo por Dios me acaba de conocer cómo es que él más guapo de los vampiros que he visto se fija en mí cuando hay muchas vampiresas hermosas, claro esa belleza es por nuestra naturaleza pero ¿se fijó en mí? ¿Por qué?

-Señorita Vulturi... –escuche que alguien me hablaba a lo lejos.

Una cita, tendré una cita, una cita; mi primera cita, con Edward. ¡CON EDWARD!

De pronto mi corazón comenzó a latir frenéticamente, de solo pensar que iré con Edward a una cita. Sonreí. Me agradaba la idea de pasar unas cuantas horas en su compañía sin que en ellas estuviera relacionado el instituto.

-¿Señorita Vulturi? ¿Se encuentra bien?- pregunto el profesor y esta vez salí del estado en el que me encontraba.

-¿Sí? –dije en forma de pregunta.

-Señorita Vulturi si va a entrar a clase hágalo, no tengo la suficiente paciencia- dijo el profesor.

-Lo siento.

Entre al salón y me dirigí al mi asiento, en ningún momento me atreví a mirar a Edward puesto que no quería que me viera a los ojos y se diera cuenta de lo nerviosa que estaba; aunque creo que eso era ya muy evidente.

-¿Te encuentras bien?-me pregunto Edward, cuando el profesor se giró hacia el pizarrón para hacer algunos apuntes.

-Si –conteste sin mirarlo a los ojos.

Escuche una pequeña risita y supuse que provenía de él, entonces me gire algo enojada a verlo.

-¿De qué ríes? ¿De mí? ¿Te causo gracia? –no se ni siquiera porque me enoje simplemente solté algo de mi nerviosismo en él.

-Baja la voz –diciendo eso, vi detrás de su hombro como Mike nos veía algo confundido-. Tranquila no me estoy riendo de ti.

-¿Entonces? –grite. Por Dios Bella tranquilízate si no quieres hacer un espectáculo-. Lo siento es solo que me sorprendí –dije a modo de disculpa.

-Y se puede saber que te sorprendió.

Claro y ahora se hacia el inocente no, el bien sabe porque. Lo mire con ojos entrecerrado y luego dije:

-No te hagas el inocente bien sabes porque...

-No. No sé porque –sonrió.

Esa sonrisa. Me encanta esa sonrisa. Y no pude evitar devolvérsela.

-Olvídalo... pero si sabes porque –iba a replicar algo, pero levante la mano para que no continuara-. No lo diré en voz alta.

Y con eso me gire hacia el pizarrón.

Los minutos pasaron rápidos por lo que mi hora con Edward acabo pronto, y eso de alguna manera me molesto; a mí me gustaría pasar todas mis clases con él pero no el instituto tenía un reglamento de no poder cambiar tus clases hasta un nuevo semestre.

-¿Te acompaño a tu siguiente clase? –dijo estaba apuntó de decirle que si cuando llego Mike interrumpiéndonos.

-Hola Bella nos vamos, recuerda que tenemos la siguiente clase juntos –dijo Mike mirando a Edward como diciendo “ya llego el hombre perfecto para Bella”.

Edward emitió un bajo gruñido, que no pudo ser audible para Mike pero que para mí aunque no fuera cien por ciento vampiro tenía los sentidos muy bien desarrollados, por lo cual no podía escapárseme un sonido por más mínimo que fuera.

Buscando mi destinoWo Geschichten leben. Entdecke jetzt